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La entrega del Premio Nobel de Paz, a María Ressa y Dimitri Muratov es un claro mensaje al mundo sobre la protección de la libertad de expresión e información, el Comité del Nobel al justificar el premio dijo “por sus esfuerzos para defender la libertad de expresión, condición previa para la democracia y la paz duradera”. En el mismo fallo se resaltó la necesidad de un periodismo “libre, independiente y basado en hechos”. Ressa en Filipinas se ha destacado por la investigación de la guerra contra las drogas en su país y su gran trabajo contra las noticias falsas y la desinformación.
La lucha por la verdad, debe ser una gran premisa que consolide el debate público, la argumentación y la propuesta debe contener el valor evidencial de lo que se ha hecho y se propone hacer, la retórica adornada, populista, vacía y engañosa debe desaparecer, le produce mucho daño a la democracia. La verdad da transparencia, eficiencia en el debate y adecuada formación en ciudadanía, lo contrario es ahondar en las profundas crisis que confrontan al país y lo llevan a discusiones infructuosas.
Nuestras libertades están en riesgo, de allí la importancia de tener una conciencia clara de lo que tenemos y lo que podemos afectar, para bien o para mal con nuestras decisiones, esas conquistas que hemos acumulado, son nuestro gran capital como Nación, que bajo ninguna circunstancia podemos perder.
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