Un paisaje del que nadie está orgulloso

En las reuniones de empalme realizadas en el mes de diciembre uno de los temas que salió a relucir durante la socialización del informe de la Secretaría Administrativa fue el de la terminación de la obra del llamado Centro de atención al usuario el cual inicio obras durante el gobierno del ex gobernador Fernando Osorio y la entonces secretaria administrativa Ángela Estela Duarte.

Hoy, el tema ha vuelto a estar en boca de la opinión pública como quiera que el Nuevo Día y un grupo de ciudadanos han advertido que es una vergüenza que aún no se haya terminado la obra, existiendo la impresión de propios y extraños que existe una gran desidia y desatención por parte de las autoridades competentes hacia el patrimonio arquitectónico y cultural de la ciudad.

Inclusive ya se conoce de la preocupación que tiene el mundo cultural sobre el deterioro del Mural del maestro Jorge Elías Triana.


Cuando la Dra. Duarte y el Gobernador Osorio propusieron la construcción del centro de atención los dos principales problemas a resolver que se plantearon fueron el de aliviar la carga a la estructura del edificio provocada por los visitantes, y la atención pertinente a los usuarios de la administración departamental, la intensión era saludable y oportuna, sin embargo una demanda y la supuesta falta de permisos por parte de la alcaldía enredó la ejecución de la obra y a los problemas planteados hoy se le suma el tener una obra en construcción justo al frente de la recién remodelada Plaza Murillo Toro.


La estructura de una obra en construcción se ha convertido en paisaje, un paisaje que para nada es orgullo de los ibaguereños y no debiera serlo de la administración pública en una ciudad como Ibagué.


Los informes presentados en la comisión de empalme por la Secretaría administrativa y la Dirección de Planeación del gobierno anterior, dieron cuenta que la Gobernación había logrado conseguir los permisos gracias a que esta era una obra pública (dándoles la razón al Dr. Osorio y a la Dra. Duarte) y además que ya estaban los diseños finales, y que la demora en la construcción obedecía a que no se había podido programar su ejecución por falta de recursos propios en el presupuesto departamental.


Tres meses después bien vale la pena que el actual secretario administrativo departamental y los encargados de construir la obra se pronuncien y si esta información es correcta las preguntas obligadas al secretario son; ¿cuándo se va a iniciar labores?, ¿en cuánto tiempo se terminarían?, y si el uso inicial propuesto por la administración Osorio será el que finalmente va a tener.


Es pertinente creer que la respuesta del gobierno departamental será la de terminar la obra y la de restaurar el mural del Maestro Triana, ojalá antes de las fiestas de junio, para que los miles de turistas que nos visitan en San Juan y San Pedro no vayan a llevarse una impresión errónea de nuestra eficiencia administrativa.

Credito
JAIME EDUARDO REYES

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