La decisión reclamó la atención de los consejeros durante varios meses y la vigilancia permanente de la opinión publica.

Así pues, desde finales del mes de junio de 2011, la dirección de la Corporación llevó al Consejo Directivo una propuesta de reestructuración de la Planta de personal de Cortolima.

La justificación se fundamentaba en la directriz legal y administrativa de regular las plantas de nómina paralela y de formalizar aquellos cargos que cumpliendo funciones misionales se cubrían mediante órdenes de prestación de servicios.

Dicha propuesta sufrió un debate muy particular y fue la participación de distintos consejeros que a su vez conformaron distintos consejos directivos; por las entidades territoriales llegaron a participar hasta tres alcaldes distintos por cada plaza en el consejo directivo debido al cambio de gobierno y a la elección de representantes de los municipios (en total fueron 12 alcaldes diferentes).

Con los representantes de las organizaciones no gubernamentales ambientalistas y de los gremios ocurrió algo parecido, lo mismo que con el representante de las comunidades indígenas, e inclusive el estudio y debate ocupó a dos gobiernos departamentales distintos.

A mi juicio el proyecto fue lo suficientemente estudiado y debatido por distintos y diferentes actores dándole al resultado una gran legitimidad.

Como es lógico después de un estudio de más de ocho meses el proyecto inicial tuvo varias modificaciones que surgieron de las conclusiones y sugerencias dadas en cada una de las sesiones.

El acuerdo del Consejo Directivo finalmente aprobó una ampliación de la planta y no una reestructuración como se había planteado en el primer proyecto.

Esta diferencia, aunque sutil, es muy importante, como quiera que lo que ocurrirá en Cortolima será una ampliación de la planta de personal con un reacomodo de funcionarios dependiendo de la necesidad del servicio.

Dicha ampliación fue de cincuenta y cinco funcionarios y no de ciento tres como se planteó inicialmente, en su mayoría agrónomos, forestales y abogados, con el fin de fortalecer las áreas misionales de la autoridad ambiental y del apoyo administrativo.

El número obedeció a una conciliación entre la necesidad técnica, la realidad financiera de la Corporación y la posición política de austeridad del Gobierno departamental. Es importante resaltar que muy seguramente se requerirá de un compromiso mayúsculo en tiempo y disponibilidad de parte de los funcionarios de Cortolima para cumplir con la gran demanda de operaciones de gestión ambiental en el Tolima.

Concluida esta etapa se deberá iniciar el trámite para crear las plazas y nombrar los funcionarios, situación que requiere de un compromiso de la dirección para que esta coyuntura de mejorar el aparato administrativo de la Corporación no se pierda, en otras palabras, es una gran oportunidad de fortalecer técnicamente a Cortolima.