Durante días, la atención de los medios de comunicación estuvo enfocada en la posesión presidencial, los columnistas escribieron artículos sobre los retos y desafíos del presidente Santos en su nuevo cuatrienio, los analistas le dedicaron sus espacios a evaluar el primer periodo y los politólogos a analizar las relaciones de poder, e inclusive hubo tiempo para practicar la futurología y la gabinetología.

Llegado el esperado día todo empezó a aclararse, los medios de comunicación trasmitieron la anhelada ceremonia y hubo noticia para todas las secciones; política, economía, sociales, deportes y farándula. Los comentarios y reacciones aún no paran, los anuncios pronunciados por el Presidente moldearán el futuro de Colombia aunque algunos en los medios nos quieran mostrar como muy importante la ausencia de la bancada del Centro Democrático, las fotos de doña Mercedes, o el estilo y moda usados por la familia presidencial.

A mi juicio, sin desconocer que estos hechos requieren ser cubiertos, pienso que los pilares del desarrollo planteados por el Presidente durante su discurso merecen atención, ya que trazan la necesidad de un cambio del modelo de desarrollo.

Los tres pilares se alejan de los principios usados por el actual enfoque hasta hace un par de años atrás; la seguridad democrática, la confianza inversionista y la cohesión social no van más y ahora surgen la paz, la educación y la equidad. No hay duda de que sobre este tema habrá mucha tela que cortar.

De otro lado, hoy se conocerá los nuevos ministros, la expectativa es grande de parte de todo el país, como también lo es el reto para el Presidente. Segundas veces siempre serán más difíciles, y la verdad es que hace cuatro años la Nación quedó satisfecha con un gabinete de iguales, muchos de los designados tenían talla presidencial, eran expertos y profundos conocedores de sus carteras.

Hoy el cambio de modelo; el anhelo de paz y equidad, y el fortalecimiento de sus aliados, demanda al presidente Santos diseñar un equilibrado gabinete, ya que en cabeza de este recaerán las grandes transformaciones instituciones que busca el país.

La estabilidad macroeconómica, la estabilidad política y la estabilidad social serán, sin duda alguna, la principal preocupación del gabinete.

La ratificación del ministro Cárdenas es acertada como lo ha sido el diseño y la ejecución de la política macroeconómica.

La ratificación del Ministro de Defensa y la designación del Ministro de Agricultura muestran que para alcanzar la paz Santos le apostará a fortalecer el modelo de desarrollo rural integral, por eso quienes defienden el sistema productivista ya se están quejando, pues ellos tienen claro que aún con sus errores los anteriores ministros lo representaban. Un enfoque que busque la equidad requiere de un ministro que sea más sensible a la situación de los campesinos e indígenas: Iragorri ha mostrado que él lo es.

Ahora bien, si la educación es un pilar del desarrollo, Santos no puede designar un ministro que desconozca la complejidad del sector: allí no cabe un político, se requiere de alguien con visión y experiencia comprobada.