¿Qué se espera con Bejarano en el Ibal?

El solo hecho de pertenecer a un gabinete en calidad de Ministro, Gerente o Secretario de despacho, hace suponer por simple sentido común, que hay que adoptar una postura ética y profesional que necesariamente coadyuve al posicionamiento de la imagen ante el país, el departamento o el municipio.

El protocolo a seguir en primera instancia, debe ser el de la comunicación directamente con el mandatario, en nuestra ciudad será con nuestro Alcalde, quien deberá conocer de boca de su funcionario el estado en el cual se encuentra cada dependencia, las necesidades y las urgencias, más aún, siendo una cuota directa del burgomaestre, como es el caso del gerente del Ibal, Eduardo Bejarano.

Una de las funciones de quien asume como gerente o secretario de despacho, es la administración de personal y financiera.  


Si se carece de competencias para ello, así los títulos lo respalden y se siente casi imposible la solución, es porque no se cuenta con la suficiente capacidad para atraer recursos del ente nacional, ni con las competencias requeridas para resolver la situación que ampliamente conocía antes de asumir el cargo.


La semana pasada escuché las palabras de Bejarano, en donde tácitamente cuestionaba actitudes del alcalde Luis H. Rodríguez frente al Ibal.


Me parecería horroroso que estuviera actuando como cuando fue Secretario en el Departamento, con toda su pedantería y que ahora también intente mirar por encima al Alcalde Luis H., al reclamarle públicamente cuando debe dialogar en privado. Es toda una alevosía. Su actitud necesariamente fue un acto de irrespeto contra el mandatario local.


Además, se declaró incapaz, se mostró como si no fuera el Gerente del Ibal, se sintió más como un comentarista radial que como un servidor público, a quien se le olvidó que debe estar en sintonía con las políticas públicas, con el mandatario y por lo tanto ser más prudente en las críticas que además se percibieron como una “lavada de manos” con gran anticipación, a sabiendas de que a la fecha solo lleva 40 días como gerente.


Qué esperamos los ibaguereños con un funcionario de esta talla, ya nos condenó a no disfrutar de un buen servicio hídrico.  


Si le es tan difícil solucionar un problema tan grave, no se entiende la razón por la cual aún continúa en el cargo.  


Debe ser tan honesto con la ciudad y permitir que llegue una persona con el verdadero interés de solucionar el problema, sin tantos obstáculos mentales y con mejores relaciones  políticas a nivel presidencial y ministerial e incluso internacional, que contribuya a la solución de una de las situaciones  problemáticas críticas de Ibagué.


¿Será que toca traer un experto para que solucione el problema del Ibal y realice un buen trabajo, sin que tenga que atacar a quien lo designa?      

Credito
INDIRA ORFA TATIANA ROJAS OVIEDO

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