Los dos conservatorios, el de Tolima y el de Ibagué

Luz Alba Beltrán, con motivo de su renuncia y retiro de la rectoría del Conservatorio del Tolima, ha sido la persona que más homenajes y felicitaciones ha recibido en los dos meses transcurridos de 2012.

Son reconocimientos merecidos por los logros de su gestión como rectora durante 11 años. Evidencia de la admiración que ha suscitado, es el lleno completo de la sala Alberto Castilla el jueves pasado, con la presencia del gobernador Luis Carlos Delgado y de personas y personalidades de todas las categorías que escucharon el homenaje de cada una de las cinco organizaciones musicales que tiene el Conservatorio.

Ahora viene la selección del remplazo de Luz Alba, mediante un concurso de méritos entre quienes reúnan el requisito de tener un título profesional, experiencia en gestión educativa y “amplios conocimientos musicales”. Tendremos, entonces, nuevos rectores en el Conservatorio y en la Universidad del Tolima, antes de la mitad del presente año.


Pero hay un tema que poco se ha debatido entre los ibaguereños y las autoridades educativas. Tiene que ver con el funcionamiento de dos Conservatorios en Ibagué, el Conservatorio del Tolima que es una institución de Educación Superior con dos programas de pregrado y el Conservatorio de Ibagué Amina Melendro de Pulecio que opera en la Institución Educativa que lleva este mismo nombre.  


Los nombres tan similares, de por sí, generan problemas de identidad y muchos conflictos en la disputa por el protagonismo y por los recursos financieros.


Es un problema que surgió desde cuando el Bachillerato Musical que operaba en las instalaciones del Conservatorio del Tolima, bajo una misma dirección, se separó física y legalmente para constituirse en un establecimiento educativo que ofrece educación básica y media, bajo la financiación del Sistema General de Participaciones, con transferencia de recursos nacionales.


Tal decisión se tomó para garantizar recursos financieros para el funcionamiento de la institución que ofrece bachillerato con el nombre de Institución Educativa Musical Amina Melendro de Pulecio.


Aparecieron, desde entonces, discrepancias y conflictos similares a los que a veces ocurren entre padres e hijos. No ha habido buena relación entre las dos instituciones y, para agravar tal situación, oficialmente se dio vida legal a una nueva persona jurídica con el nombre de Conservatorio de Ibagué.


Nuestro actual alcalde de Ibagué tiene el interés de propiciar el incremento de la formación musical de los estudiantes ibaguereños y es urgente su intervención para que se cumpla un proceso de articulación entre las ofertas educativas de Educación Superior que hace el Conservatorio del Tolima y la Institución Educativa Musical Amina Melendro.


Además si se requieren mediadores, los más indicados serían gobernador y alcalde en compañía de la fundación Amigos del Conservatorio en cabeza de Jaime Corredor Arjona; porque es urgente solucionar esto de dos Conservatorios disputándose el protagonismo musical, que crea obstáculos para fortalecer el nombre de Ibagué como ciudad Musical.


Además de convertirse en un mal ejemplo para sus propios estudiantes y sus familias. La unión hace la fuerza, por lo tanto recursos humanos unidos tendrán mayores alcances.


Es el momento de convertir los conflictos que existan entre las dos instituciones educativas, en una oportunidad.

Credito
INDIRA ORFA TATIANA ROJAS OVIEDO

Comentarios