Educación y empleo

Entre la mayoría de las personas en edad adulta, siempre estará la relación entre empleo y educación. El joven y adulto siempre tendrá un interrogante que puede ser: ¿Qué debo estudiar para tener un empleo? ¿Qué debo hacer para no ser pobre? ¿Qué debo estudiar para tener mayores ingresos salariales? Porque pobreza, trabajo y educación son factores íntimamente relacionados.

Entre la mayoría de las personas en edad adulta, siempre estará la relación entre empleo y educación. El joven y adulto siempre tendrá un interrogante que puede ser: ¿Qué debo estudiar para tener un empleo? ¿Qué debo hacer para no ser pobre? ¿Qué debo estudiar para tener mayores ingresos salariales? Porque pobreza, trabajo y educación son factores íntimamente relacionados. Por eso se habla mucho de cómo reducir la pobreza y cómo atacar el desempleo en  la población.

Se puede recurrir a la información que el Dane divulga periódicamente sobre “Fuerza Laboral y Educación”, que está disponible el boletín de 2012 con datos nacionales, del 11 de marzo del presente año.

Por los datos sabemos, por ejemplo, que tanto ocupados como desocupados estudian. “Un 16 por ciento de los desocupados asiste a una institución educativa”, porque, cada vez más, se requiere de mayor nivel educativo para lograr mejores salarios y para un empleo de remuneración satisfactoria. Que la pobreza es mayor en hogares y jefes de hogar con personas de bajo nivel educativo; que a mayor número de años de educación, corresponden mejores ingresos salariales.

En Economía existe el indicador de devaluación, que consiste en la disminución del valor de la moneda nacional frente a otra que sirve de parámetro de comparación en las transacciones comerciales; de la misma manera, se puede afirmar que hay un fenómeno de devaluación educativa creciente, en cuanto los títulos académicos paulatinamente están perdiendo valor. Ya tener un título de bachiller, apenas es útil para ingresar a la Policía, para desempeñar cargos de operarios.

En el estudio sobre fuerza laboral de 2012 a que hacemos referencia, “la mayor proporción de desocupados se presentó en la población con educación técnica o tecnológica, el 10.8 por ciento, seguido por la población con bachillerato, el 10.5” (Dane, 2013).

Y otro dato preocupante: “El porcentaje de personas ocupadas en cada nivel de educación superior (técnico, tecnológico, universitarios y postgrados), en 2012 disminuyó con respecto a 2011” ¿Entonces qué pasa? ¿Que los empleadores en la empresa privada prefieren tener fuerza de trabajo barata, sin importar su nivel de formación académica?

“Del total de la población sin ningún título alcanzado, el 50 por ciento registró estar ocupado en 2012, ocho puntos porcentuales más que en 2011 (49.2)”. Pero, ¿en qué están ocupados según el nivel educativo alcanzado?

Aproximadamente la mitad de los profesionales y técnicos con títulos de Educación Superior, están ocupando oficios para los que estudiaron; un 30 por ciento de los ocupados sin estudios y el 28.3 por ciento de los que certifican título de bachiller, es de trabajadores y operarios no agrícolas; un 25 por ciento de los técnicos y tecnólogos con título, hace parte del personal administrativo.

Aquí quedan estos datos para que sean tenidos en cuenta por quienes intervienen en la formación del capital humano en el país.

¡Feliz San Juan para el Tolima!

Credito
INDIRA ORFA TATIANA ROJAS OVIEDO

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