Optimistas mal informados

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Hace unos días estuvo de nuevo en Colombia el afamado profesor de la Universidad de Harvard, James Robinson, quien es el coautor de la obra ¿Por qué fracasan los países? Un verdadero investigador de los fenómenos sociales de nuestro país, quien, además, los ve con ojos de economista de y experto políticas de gobierno.

En su visita vino a decir algunas cosas que aunque parezcan obvias, por ser quien es, suenan mejor y tienen mayor credibilidad. Dejó en claro que este es un país que sigue dejando el tema de la redistribución del ingreso en discurso y no en acciones. Recordó que en Colombia incluido el gobierno Santos y sus predecesores nadie ha querido hacer que los que más tienen más paguen al Estado, como sería la lógica capitalista en cualquier parte del mundo.

En Colombia los pobres y la clase media a punta de impuestos pagan más que los llamados ricos, en proporción a lo que cada cual recibe. Dijo el experto a los medios de comunicación que “según la Ocde, éstos pagan 4.5 por ciento más de sus ingresos en impuestos que los ricos, mientras que el 10 por ciento de estos paga solamente el 2.8 por ciento en impuestos, lo que es una cifra sorprendente”.

El profesor Robinson aseguró que son muchas cosas las que deben cambiar en el país, y que debemos dejar de estar pensando en que el llamado cuento de la paz, o mejor la firma de acuerdos para el fin del conflicto con la guerrilla de las Farc, solucionará todos los problemas. Ese es el mayor embeleco en que estamos metidos porque ni pobreza, ni inequidad ni desigualdad acabarán con que se lleguen a firmar dichos acuerdos.

“Los problemas no se resolverán logrando que se desmovilicen las Farc o el ELN” ha sentenciado. Según él, pareciéramos los colombianos unos optimistas mal informados sobre la realidad del país porque no somos capaces de ver esas brechas y distancias que existen de unos a otros en materia de ingresos y condiciones económicas.

Es más, una cosa es la Colombia de Bogotá, Medellín, Barranquilla, Cali, en sus áreas urbanas y otra cosa es la realidad de las zonas rurales y de la provincia con sus necesidades, violencia, sin grandes avances significativos como los que se sienten en las urbes mencionadas.

Para él, el excesivo centralismo es otro gran problema porque todo los indicadores macros se manejan desde Bogotá, pero la realidad en Chocó, Sucre, Tolima, Córdoba, es otra bien distinta; aunque reconoció que en los últimos gobiernos se han dado avances en inversión en educación, la calidad de la misma sigue siendo pésima. Calificó de excelente esa inversión en cuanto a cobertura, pero no sólo con cobertura se mejorarán las condiciones, si no con calidad en la misma.

Además, todo ese empeño debe ir de la mano en mejorar la infraestructura, conectividad, acceso a nuevas tecnologías y todo lo demás; hay que dejar de ser el Estado más inefectivo de la región latinoamericana. No se trata de anuncios si no de ejecuciones, de realidades, de hacer, de construir, de avanzar y recordó toda la demora que se ha presentado con Buenaventura y su conectividad, cuyas soluciones se buscan desde 1960; lo mismo sucede hoy cuando se habla del sistema de salud y sus cambios y al Ministro del ramo se le llena la boca de babas hablando maravillas del mismo y sus cambios futuros, pero la realidad en la provincia y lugares apartados es que no hay un médico en un puesto de salud, no hay enfermeras, medicamentos y si hay ambulancias no hay gasolina para estas o quien las maneje.

Por eso, su gran reflexión es que mientras no cambie el sistema político en nuestro país, nada cambiará en él, porque seguir con la misma visión, administrados por los mismos, haciendo las mismas promesas y defendiendo los mismos intereses, exportando únicamente materias primas sin invertir en educación, bienes y servicios públicos, infraestructura, nada cambiará realmente.

Credito
NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ -GERSAN-

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