EL EJEMPLO TURÍSTICO DE VILLA DE LEYVA

En días pasados visité el legendario municipio de Villa de Leyva, en el departamento de Boyacá, fundado en 1572, por Don Andrés Díaz Venero de Leyva.

Uno se queda gratamente sorprendido por todas las buenas cosas que la gente de este rincón del país y quienes se han vinculado a su desarrollo, han logrado en su objetivo de hacer de este bonito lugar, todo un atractivo turístico para los colombianos y para muchos extranjeros que se dan cita en él.

Se observa una destacable armonía en la presentación de sus fachadas, sus calles empedradas y las construcciones antiguas. Todas ofrecen un aspecto  que evoca la época colonial en un pueblo ordenado y bello, que hace que los visitantes se sientan en un lugar, en donde se conjugan la historia, la cultura y la belleza, en un solo conjunto. Los villaleyvanos han aprovechado al máximo sus edificaciones, sus parajes, los guijarros y cuanta cosa antigua tienen, para hacer sentir al visitante como suspendido en un tiempo pasado, a lo cual le sacan el máximo beneficio.

Son muchas las construcciones antiguas y conservadas, que se pueden observar en Villa de Leyva y le transmiten al visitante el encanto de  estas joyas arquitectónicas especialmente presentadas: la Casa de don Juan de Castellanos que es hoy un centro comercial, la residencia donde murió Antonio Nariño, convertida en museo, al igual que la el lugar donde nació Antonio Ricaurte. Se puede observar además, la casa del Primer Congreso Nacional de la República, en la que funciona actualmente el Concejo Municipal y la vivienda de José María Vargas Vila, como algunas de las edificaciones antiguas que han recuperado y mantienen con especial cuidado.

Han sabido también cuidar como piezas de su historia, muchas expresiones que hoy exhiben en sus museos y lugares públicos, para el deleite de los visitantes que las leen con especial interés, precisamente la Casa de Juan de Castellanos, conserva una inscripción en latín en la que este personaje manifiesta: “Dios conserve esta casa por mucho tiempo para que sirva de sufragio a favor de mi alma”

En las últimas décadas han desarrollado toda una industria hotelera, con casos admirables como el de los padres carmelitas descalsos, quienes recibieron del municipio un terreno en comodato hace cerca de cincuenta años, que lo convirtieron en lo que es hoy el Hotel Duruelos, uno de los más  destacables en el interior del país, con hermosos jardines, lujosas habitaciones y una relajante zona húmeda.

Son muchas las variables que acertadamente se han combinado en Villa de Leyva para hacer de esta población, un municipio apetecido por muchos turistas no solo colombianos, sino extranjeros que vienen y se dejan recoger por la magia de este lugar, sus hoteles, sus parques, sus museos, los parajes campestres, que les proveen unos variados atractivos a los visitantes, con los cuales se pueden regocijar durante el tiempo de permanencia en esta pintoresca tierra.

 Eso sí, Villa de Leyva es un destino para personas con  alguna capacidad económica, a juzgar por las tarifas hoteleras, las comidas y las diversiones que allí se pueden obtener; y son muchos los negocios que se lucran significativamente de la afluencia de visitantes de diversos lugares.

Ejemplos como el de Villa de Leyva y aún el de otros municipios de Boyacá, le sirven al Tolima para entender que en ciertos lugares, proponiéndose aprovechar las fortalezas culturales e históricas, que no le faltan al departamento, se pueden construir verdaderas identidades locales, que permiten atraer visitantes que dejan verdaderas ganancias para jalonar el progreso.

Credito
PEDRO LUIS ZAMBRANO CÁRDENAS

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