Epítetos vs. ideas

¿Han dejado, acaso, conocer su preocupación por el hecho de que cada vez es menos la porción de exportaciones per cápita de los habitantes de la región? ¿Ha alzado alguno su voz por las deficiencias del suministro eléctrico? ¿Le importa a alguno la carencia de agua potable o de servicios de salud adecuados?

Con anticipación de un año comienzan a percibirse los conatos de enfrentamientos entre los potenciales aspirantes a candidatos para las elecciones de 2014.

Como si no fuera suficiente con lo que hay que soportar diariamente  entre Santos y Uribe y entre Maduro y Capriles, los candidatos regionales, en lugar de centrar los debates en propuestas, ideas, capacidades y proyectos, se dedican a expresar toda suerte de adjetivos y epítetos contra sus eventuales competidores y eso que hasta ahora se refieren a rivales dentro de sus mismos partidos y movimientos políticos.

Acusaciones van y vienen, señalamientos sobre la pureza y antigüedad de sus afiliaciones o la existencia de incómodas amistades han sido la constante con la que han abierto fuegos quienes aspiran a repetir o descubren sus apetitos sin que, por otro lado, dejen conocer a los electores sus propuestas, las  fórmulas a utilizar para solucionar los problemas y las prioridades a las que han de dedicarse los esfuerzos y los escasos recursos.

No parece preocuparles que en el Tolima el 11 por ciento de la población sea analfabeta o que el desempeño de los estudiantes en las diferentes pruebas de evaluación esté por debajo de los promedios nacionales.

Ninguno deja conocer sus ideas respecto a la caída de participación del Tolima en la generación de Producto Interno; ni para el caso de la creación de valor agregado en el sector productivo. Tampoco se escucha preocupación por los niveles de pobreza y miseria que se abaten sobre grandes sectores de la población tolimense.

¿Han dejado, acaso, conocer su preocupación por el hecho de que cada vez es menos la porción de exportaciones per cápita de los habitantes de la región? ¿Ha alzado alguno su voz por las deficiencias del suministro eléctrico? ¿Le importa a alguno la carencia de agua potable o de servicios de salud adecuados?

¿Hay algún reclamo, siquiera modoso, por las demoras, sobrecostos y deficiencias en la construcción de vías o viviendas originadas y orientadas desde el gobierno central?

Todavía no oímos apelativos como "escuálidos" o "majunche", pero sí otros como traidor o aprovechado y no demora en aflorar el de "paraco" o "saqueador". ¿Cómo será la cosa cuando los rivales sean de otro partido o movimiento político?

EL NUEVO DÍA

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