Señales optimistas

Lo importante es que uno de los protagonistas más afectados por la guerra ha comenzado a hacer preparativos para la paz y esa conducta debe generar optimismo y su ejemplo ser imitado.

La información que proviene de La Habana produce cada día mayor expectativa y alienta las esperanzas de una cercana negociación.

El primero de los puntos de la agenda está en el proceso de finiquitarse con acuerdos entre las partes y lo que, hasta hace poco, se suponía estaba estancado da muestra de un optimista avance.

Por supuesto que tan solo se ha profundizado en el primer punto, que en La Habana solo están sentados los delegados de las Farc y por fuera se encuentran los del ELN, los residuos de los paramilitares y los contingentes de las incalculables bacrim que brotan por doquier.  

No hay duda de que el país tendrá que tragarse muchos sapos y aceptar condiciones especiales en aras de alcanzar la concordia y el trato civilizado entre sus ciudadanos, pero si alguna actitud positiva se deriva de las conversaciones en Cuba la refleja el hecho de que las fuerzas militares han comenzado a visualizar el postconflicto y a preparase para esa etapa (que esté cerca) en que todo el aparato militar de policía construido para propósitos de la guerra se convierta en un instrumento de consolidación de la paz, reconstrucción y progreso de la infraestructura y elemento vital del avance de la Nación.

Con certeza esta es otra de las ventajas de tener a los generales Mora y Naranjo participando en la mesa de diálogo y obteniendo información de primera mano de cuanto allí se debate y analiza.

Por cierto, la actitud positiva de los uniformados debe ser imitada por otros sectores ya que por más que los acuerdos sean del agrado de la mayoría y se le apueste a su concreción, los efectos de 50 años de confrontación no van a ser borrados con facilidad y la restauración de los daños y heridas producidas en el luctuoso y prolongado período tomará el esfuerzo y los recursos de varias generaciones.

Lo importante es que uno de los protagonistas más afectados por la guerra ha comenzado a hacer preparativos para la paz y esa conducta debe generar optimismo y su ejemplo ser imitado.

EL NUEVO DÍA

Comentarios