Burla a la justicia

No falta sino que los tristemente célebres primos y sus asociados Galofre y Char se vean liberados por los trucos dilatorios y el Estado vuelva a ser el hazmerreír de los avivatos.

Por cuenta de algunos de los más connotados procesos judiciales que atraen la atención del país se ha conocido de torticeras prácticas de los apoderados con el fin de dilatar los trámites y, así conseguir la prescripción y con ella la exoneración y libertad de los acusados.

Lo anterior confirma lo que es de conocimiento colectivo y que da cuenta de los esguinces a la ley que se producen con base en controvertidas argucias y manipulaciones que se han vuelto herramienta común en los estrados sin que organismos como el Consejo Superior de la Judicatura tomen cartas en el asunto y establezcan el orden y la disciplina que debe imperar en la administración de justicia so pena de convertirla en rey de burlas.

Procesos como el que se sigue a los primos Nule y su asociado Mauricio Galofre se han convertido en un desafortunado ejemplo de tan transgresoras conductas que, sin duda, desvirtúan por completo las bases mismas del sistema judicial y la credibilidad que debe emanar del aparato de justicia.

El propio juez de proceso, tras dos años en los que ha habido 20 interrupciones y postergaciones con argumentos deleznables, se ha dirigido al Consejo Superior de la Judicatura para que investigue y sanciones a los abogados de los acusados  por sus maniobras dilatorias.

Los acusados ya han sido hallados culpables y  han recibido leves sanciones en otros procesos pero, en esta ocasión, en las que las penas necesariamente tendrían que ser mayores, han recurrido a las censurables maniobras que son del dominio público.

Uno de los acusados ha descubierto una fórmula expedita y de moda para acelerar su tránsito por los sitios de reclusión cual es la de lograr su traslado a Barranquilla donde un acusioso juez reconoce como mérito para rebajar las penas la recolección de huevos y el cuidado de las granjas, fórmula en la que fue pionero el exsenador Juan Carlos Martínez y a la que se han acogido otros condenados que tienen el "chance" de optar por este sistema abreviado de penas. El asunto ha llegado a extremos tan grotescos que ya al interior del mismo grupo de acusados en el caso Nule y Galofre se liaron a golpes en los estrados por no compartir, alguno de ellos, las aberrantes prácticas.  

 Es preciso recordar que a pesar de escándalo nacional al grupo de contratistas solo se les procesa por los negocios con el Distrito Capital que si bien son de enorme tamaño son insignificantes ante el volumen de desaguisados  cometidos en perjuicio del presupuesto nacional, pues por ocho años fueron favorecidos con toda suerte de prebendas, concesiones, contratos y licitaciones en organismos nacionales como el Ministerio de Transporte, el Icbf, la Dian, el Inpec y un largo etcétera del que se descubren cada día nuevos eslabones y sobre los cuales no se ha iniciado proceso alguno. Asunto que se repite con otros grupos igual de multifacéticos, polifuncionales y privilegiados a los que les  repartieron la piñata del Estado en el gobierno pasado.

No falta sino que los tristemente célebres  primos y sus asociados Galofre y Char se vean liberados por los trucos dilatorios y el Estado vuelva a ser el hazmerreír de los avivatos. 

EL NUEVO DÍA

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