Educación virtual llena de obstáculos

Hay que empezar, entonces, a construir lo que no se hizo, porque ya esta generación de estudiantes de la provincia pasó en blanco y muchas veredas seguirán con la educación de “mechero y veladora”

La pandemia que vive el mundo dejó al descubierto las otras pandemias que por décadas han estado enquistadas en una sociedad como la colombiana. Más aún en la llamada provincia o la otra Colombia, a donde no llegan “ni las saludes” como los mismos campesinos residentes en esas regiones apartadas lo dicen con mucha resignación.

El atraso en el modelo educativo es una de esas enfermedades a la que los gobiernos, desde hace los años de los años, no le hizo una reforma estructural seria. En infraestructura, en capacitación permanente gratuita del talento humano que son los docentes y directivos, en el uso de las nuevas tecnologías; en fin, la lista es muy larga.

La semana anterior, la ministra de Educación María Victoria Angulo, con la elocuencia que le caracteriza, le anunciaba al país el nuevo modelo educativo virtual para el regreso a clases de miles de estudiantes. 147 mil en 46 municipios del territorio tolimense y aproximadamente 70 mil en Ibagué. Ahí empezaron los dolores de cabeza. Primero, para los docentes y los directivos, que por más que revisaban estrategias no sabían, aún no han logrado entender, cómo llegarle a joven de una apartada vereda del Tolima, a tres horas a caballo de algún centro urbano, donde no hay internet.

Pero también empezó el dolor de cabeza para los secretarios de educación, que por un lado deben defender el “nuevo modelo virtual” y por el otro, atender a profesores para darles explicaciones inverosímiles que ni ellos mismos se creen. En vastas zonas del territorio tolimense no hay ni siquiera servicio de energía. La Ceja en Cajamarca, La Alemania en Chaparral, El Salto en Ibagué, El Paujil en Ataco, Marquetalia en Planadas, son apenas pocos ejemplos de extensas regiones a donde el llamado desarrollo no ha llegado. Ni siquiera carretera, menos energía y mucho menos internet. La frase del secretario de Educación del Tolima, Julián Gómez, muy honesta pero muy diciente de la enorme brecha social de la educación en el Tolima, resume la foto actual: “Sólo el 30% de las instituciones educativas del territorio cuentan con internet”. ¡Plop!

Cuando el Gobierno nacional decidió entregar el espectro a las compañías de telefonía celular, se le olvidó obligarlas a llevar a infraestructura a esas regiones. Si para esas empresas, la región es despoblada, no es rentable y entonces tampoco hay repetidoras. Al Estado también se le olvidó llevar esas tecnologías a los más lejanos lugares. Ahí están los resultados de las décadas de atraso que ahora se hicieron más visibles. Hay que empezar, entonces, a construir lo que no se hizo, porque ya esta generación de estudiantes de la provincia pasó en blanco y muchas veredas seguirán con la educación de “mechero y veladora”

EL NUEVO DÍA

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