Caos y desgobierno

El jueves después del mediodía, los ibaguereños vivieron una de las peores jornadas de las que se tenga noticia, por cuenta del paro de taxistas y la ausencia de las autoridades para controlar la situación.

Los taxistas ya habían dado muestras de agresividad, al enfrentarse violentamente con supuestos prestadores de servicios ilegales hace unas semanas, pero el jueves se ensañaron con todos los ibaguereños, que quedaron indefensos e impotentes en medio de la protesta. Desde el mediodía y hasta cerca de las cinco de la tarde, los manifestantes cerraron por completo los cruces de la calle 60 y partieron en dos la ciudad, con lo cual, miles de personas debieron pasar horas atrapadas en los trancones. Algunos ciudadanos, ante la ausencia de las autoridades y la intransigencia de los conductores, los enfrentaron y consiguieron destaponar algunas calles por varios minutos. Pero los taxistas, algunos de ellos armados de machetes y palos, impusieron su ley durante horas.

Desde hace meses los conductores de este servicio público han venido solicitando reunirse con el Alcalde para pedir la intervención de la administración municipal frente a situaciones que están afectando sus ingresos como el transporte ilegal y el pico y placa para taxistas y vehículos particulares; también han expresado problemas de inseguridad. Pero, aseguran, el mandatario local no los ha recibido, y cuando se reunieron con el Secretario de Gobierno tampoco les ofrecieron soluciones. Sus peticiones pueden ser válidas, mas no justifican que atenten contra sus conciudadanos.

Los taxistas piden la solidaridad de los ibaguereños, pero con su actuación intimidante, violenta y belicosa solamente obtuvieron el rechazo de los ciudadanos. Fue una muestra de irrespeto con sus potenciales clientes.

Al caer la tarde, en otro acto de indisciplina social, un grupo de barristas realizó una caravana por las calles de la ciudad que congestionó de nuevo las vías; en esta ocasión, las autoridades de nuevo brillaron por su ausencia.

Cuatro horas después de iniciada la protesta del gremio transportador, el secretario de Gobierno se reunió con los líderes y, con la mediación de la Personería, consiguió que retiraran los vehículos. El Alcalde no apareció. Solamente ayer, un día después de los bloqueos, dijo que no se permitirán desórdenes en Ibagué; sin embargo, no mencionó nada acerca de acciones legales en contra de los promotores de las obstrucciones de las vías y de los desmanes. ¿Qué estará esperando el Alcalde para mantener el orden público? ¿Que los ciudadanos, agobiados por el desorden, tomen también las vías de hecho?

EL NUEVO DÍA

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