La descongestión de la Permanente Central

Ahora es preciso impedir que haya de nuevo sobreocupación, y que se cumpla la siguiente parte de la sentencia, cual es la de construir un centro de reclusión adecuado.

El grave hacinamiento en la Permanente Central fue un constante dolor de cabeza para las autoridades locales. En los últimos años, en el lugar, construido para albergar a ochenta personas, de forma transitoria mientras se resolvía su situación jurídica, compartían espacio cerca de 500 reclusos.

Las condiciones de los detenidos eran infrahumanas: sin baños ni camas suficientes, con una deficiente ventilación; las riñas eran frecuentes, al igual que las fugas porque no había forma de garantizar la seguridad. Por estas mismas razones, la calle 21 fue cerrada y se perdió un espacio público para el uso de los ibaguereños.

Después de múltiples quejas, la Procuraduría, la Personería y la Defensoría del Pueblo efectuaron visitas y evidenciaron las condiciones deplorables en que se albergaban los detenidos. En 2021, una tutela ordenó a la Alcaldía y a la Gobernación ejecutar obras para mejorar las instalaciones, construir baños y adecuar espacios para recibir atención médica y realizar visitas conyugales.

La Defensoría, por su parte, interpuso una acción popular que fue fallada en julio del año pasado en favor de los internos y que ordena a la Alcaldía, la Gobernación, los ministerios de Hacienda y Justicia y al Inpec realizar todas las acciones conducentes a la descongestión del sitio de reclusión y a efectuar el traslado de los condenados a  Picaleña y  construir un nuevo centro de reclusión para las personas con medida de detención preventiva.

Después de años críticos de vulneración de los derechos de los privados de la libertad, este mes se llevaron a cabo actividades concretas para dar una salida a tan delicada situación. La Alcaldía firmó un convenio por dos mil millones de pesos con el Inpec para llevar a la cárcel de Picaleña a 300 de los detenidos que se encuentran  en la Permanente.

Desde los primeros días de mayo, la Alcaldía comenzó el traslado de reclusos a Picaleña y la meta es llegar a 300 en las próximas semanas. Además de solucionar el hacinamiento, se busca recuperar la calle 21 para los ciudadanos y reasignar a los policías destinados a la vigilancia del lugar a los barrios en que puedan brindar mayor seguridad.

Ya se iniciaron las acciones para descongestionar este centro transitorio de reclusión. Ahora es preciso impedir que haya de nuevo sobreocupación, y que se cumpla la siguiente parte de la sentencia, cual es la de construir un centro de reclusión adecuado.

 

El Nuevo Dia

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