¿Son necesarias las cabalgatas?

Por segundo año consecutivo no habrá cabalgata sanjuanera en Ibagué. En 2023 el Tribunal Administrativo del Tolima ordenó suspenderla, ante la inexistencia de una reglamentación que garantice la protección de los animales y la seguridad de los ciudadanos.

En Ibagué y otras partes del país, las cabalgatas se tornaron en desfiles de borrachines, en los que prevalecen el maltrato a los caballos y el desorden. Además, las calles quedan llenas de boñiga, botellas y toda clase de desechos.  

En 2022, la cabalgata fue un completo desastre, como era de esperarse. Esto llevó al abogado  Juan Felipe Rodríguez Vargas a indagar sobre el marco legal de dichos eventos, en concordancia con la Ley 1774 de 2016 sobre maltrato animal, y se encontró con que en Ibagué no existe tal regulación. Así que interpuso una acción popular en busca de reglarlas e impedir el maltrato animal.

El Tribunal Administrativo falló a su favor y ordenó la suspensión de las cabalgatas en la jurisdicción de Ibagué, hasta tanto se apruebe una reglamentación, que debe ser expedida mediante acuerdo del Concejo. El año pasado, cuando se conoció el fallo del Tribunal, la Alcaldía expidió una normatividad “exprés” (término usado por la Procuraduría), mediante decreto, pero esta no cumplía los requisitos exigidos, en lo que hace referencia a la participación ciudadana en la elaboración del proyecto. 

Ahora, el secretario de Gobierno, Edward Amaya, expresó que mientras no exista una normativa no se podrán efectuar cabalgatas. “Hemos pedido que se avance la reglamentación”, pero pasó el tiempo (cerca de un año) y no fue posible que se presentara ante el Concejo el proyecto en cuestión. La preparación del reglamento debe contar la participación de animalistas y caballistas, de forma que las cabalgatas que se realicen en Ibagué se desarrollen en un entorno seguro.

Se desconocen las razones por las cuales no se elaboró el proyecto de acuerdo, si se tiene en cuenta el interés que despierta este desfile en el marco de la celebración folclórica. Aunque hasta ahora ha sido un hecho afortunado para los caballos y los defensores de los animales.

Creemos que este era un espectáculo que, tal como estaba organizado, no representaba ningún aporte cultural para la celebración folclórica. Por eso aplaudimos la decisión de no tratar de imponer un evento que deja mucho que desear.

 

El Nuevo Dia

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