Prostíbulos piden planes piloto de reapertura gradual

Crédito: CAMILO JIMÉNEZ / EL NUEVO DÍANo se ve una fecha próxima para que comience una reactivación de este sector.
Algunos lupanares del norte del Tolima pidieron que se inicie con una reapertura gradual de sus negocios. Se comprometen a respetar los protocolos de bioseguridad. Sin embargo, hasta el momento las autoridades no contemplan esa posibilidad.
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Las casas de lenocinio también están padeciendo por el encierro provocado a raíz del Covid-19. Sus propietarias y trabajadoras llevan más de cinco meses sin recibir un solo peso, y por sus condiciones sociales no han podido adecuar su ocupación a los nuevos contextos de restricciones.

“Llevo los recibos todos vencidos hace como 5 meses. Nos obligaron a cerrar desde el 13 de marzo y no hemos recibido ni un solo peso desde entonces. Realmente no tenemos ni para comer”, señaló Martha Oliva Sepúlveda, propietaria de Janllye de Mariquita.

La mayoría de estos establecimientos funcionan con el alquiler de habitaciones y la venta de bebidas alcohólicas. Las mujeres que trabajan en estos sitios vienen de varias ciudades, pasando sus fines de semana de municipio en municipio y regresando periódicamente a sus ciudades de origen.

Eusebio Reyes, propietario del establecimiento Las Muñecas, señala una situación similar en su negocio: “Trabajaban 15 personas, incluidas las mujeres. Ellas venían de otras ciudades o de Venezuela, pero les tocó irse y quién sabe cuándo vayan a poder volver. Muchas de ellas están trabajando vendiendo cualquier cosa en la calle o se devolvieron para sus casas, pero la ruina fue para todos por igual”.

También han pensando en adecuar sus sitios para volverlos hostales o semiresidencias, sin embargo, no tienen el dinero para hacer las adecuaciones que se les exigiría. La venta del licor era la principal fuente de ingresos de Las Muñecas y de Janllye, pero con su prohibición se han arruinado.

“Acá trabajaban unas siete mujeres, tres fijas y cuatro o cinco que venían cada fin de semana. Ellas se ganaban su dinero con su trabajo y yo con la venta de licor. Tengo 84 años y desde los 17 años tuve cantinas, es mi forma de vivir. Nunca en mi vida hice otra cosa y ahora no sé cómo más ganarme la vida”, agregó Martha Olivia Sepúlveda.

De las siete mujeres que trabajaban con ella dos tuvieron que quedarse a vivir porque no tienen a dónde ir: “Yo dejé que se quedaran acá porque esas pobres no tienen a dónde ir, ni familia ni nada. Entre todos nos ayudamos a conseguir la comida del día”.

Por las características de estos negocios, que intrínsecamente exigen interacción social y contacto entre personas, su apertura está lejos. De hecho, las administraciones municipales dependen de los decretos nacionales y la discusión sobre la apertura de este sector económico apenas está iniciando.

Lo que ellos piden es que al menos los dejen abrir parcialmente sus negocios. Sin embargo, el Gobierno Nacional aún no ha anunciado planes pilotos para este sector, pues apenas se está comenzando con el sector de los restaurantes y similares.

“Si a mí me dicen que puedo abrir así sea para vender cerveza o gaseosa yo cumplo con todos los protocolos. Que una pareja se haga en una mesa a dos metros de otra. Pero sabemos que los tomaderos van a ser lo último de abrir”, finalizó Martha Olivia Sepúlveda.

“Yo podría poner un par de mesas, cumplir con los protocolos. Si ya abrieron los restaurantes podrían ir abriendo nuestros establecimientos, ya es hora de que hagan un plan piloto que nos incluya,” finalizó por su parte Eusebio Reyes.

 

Lo que dice la Inspección de Policía

Andrea Vargas, inspectora de Policía de Mariquita, dijo que no depende de ellos la reapertura de estos negocios, sino de los decretos a nivel nacional y municipal. En Mariquita tan solo se dio inicio a un plan piloto para 10 restaurantes y aún no se tiene una fecha para los establecimientos de expendio de bebidas embriagantes.

“En Mariquita había alrededor de 5 establecimientos de lenocinio, pero por vía administrativa se dio cierre definitivo de dos de ellos y otro fue cerrado por los propietarios. Los demás no pueden estar funcionando y los controles, en primera instancia, le corresponde a la Policía Nacional”, señaló.

 

Frase

"Algunas atienden clientes a domicilio, pero la mayoría están encerradas, sobreviviendo como se puede mientras pasa esta situación", Karla, trabajadora sexual.

Credito
EL NUEVO DÍA

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