Afectados heroicos y olvidados
Los perjudicados por la pandemia son conocidos: la gente de los sectores productivos relacionados con el entretenimiento como el turismo, los restaurantes, los cines, los bares y discotecas, los deportes, los festivales y fiestas populares, los toros, las expresiones culturales como el teatro, las ferias del libro, etc., encabeza. Siguen la educación en todos los niveles y el comercio exterior. Por supuesto el sector salud, dada la responsabilidad de sus profesionales, instituciones públicas y privadas e infraestructura, en la atención de los pacientes sintomáticos en estado grave o crítico, además de la pesada carga que significa atender a cincuenta millones de afiliados, incluidos los de alto costo y terminales que compiten por recursos con los pandémicos. Se han visto afectadas las finanzas públicas, por el menor recaudo tributario y por el mayor gasto financiado con deuda. El alto desempleo se menciona como una de las nefandas consecuencias de la parálisis económica inicial; su reducción va lenta, al paso de la reactivación económica; y dentro de los desempleados, los más perjudicados han sido mujeres y jóvenes. Hay, sin embargo, unos afectados protagónicos, heroicos en algunos casos, que han cargado con la responsabilidad sin agradecimiento y que han puesto a prueba la eficacia de la institucionalidad básica de nuestro sistema. Me refiero a gobernadores y alcaldes. Por ellos empiezan los controles, las restricciones, las limitaciones a la libertad y a la movilidad, y por ende, por ellos empiezan quejas, críticas, el desespero colectivo y la búsqueda de responsables de los errores. Su relación con Duque y el gobierno no ha sido luna de miel.