Desde el inicio del proceso de paz el expresidente Álvaro Uribe Vélez se ha plantado en la orilla de la oposición. Para el dirigente político ha sido un gazapo iniciar diálogos con la guerrilla de las FARC mientras estas continúan con los ataques a la población civil y a los soldados y policías del país.

Sin embargo, el pasado lunes, el exmandatario sorprendió en el Primer Encuentro Nacional del Centro Democrático diciendo que de llegar un candidato de ese movimiento político a la Presidencia de la República sugiere que se haga una “suspensión condicionada del diálogo”.

Según el precandidato presidencial del uribismo, Carlos Holmes Trujillo, luego de la suspensión a las FARC se les exigiría la cesación inmediata de las acciones criminales “como condición inamovible para conversar”.

Si bien este cambio no significa un apoyo incondicional al proceso de paz, deja entrever que el Centro Democrático no cierra la puerta a un diálogo directo con la insurgencia.

“Nosotros no somos enemigos de la paz, no hay un colombiano que no quiera que la paz llegue al país. Somos enemigos de las condiciones en que se da el proceso. Ha sido muy difícil asumir una posición crítica frente a los diálogos”, dijo el expresidente.

El analista Alejo Vargas opinó que es eminente el cambio de discurso del Centro Democrático que tiene como finalidad última el crédito electoral. “Uribe es un viejo zorro en las lides políticas. Seguramente leyó con atención la carta que envió Luis Carlos Restrepo desde el exilio y decidió seguir esa línea”.

Cabe recordar que en abril pasado el excomisionado de Paz del Gobierno Uribe Vélez dirigió una carta al Centro Democrático pidiendo que de llegar a la presidencia continuara con el proceso de paz.

“Aclararía mucho el panorama político del país que los miembros del Centro Democrático anunciaran, de manera pública, que en caso de ganar la Presidencia en 2014 darán continuidad al proceso que está en marcha, haciendo los correctivos necesarios según el mandato que reciban de los ciudadanos en las urnas”, dijo en esa ocasión Restrepo.

Y agregó que “con las críticas que el Centro Democrático ha formulado al Gobierno del presidente Santos y al diálogo con las FARC, ninguno está apostando a un futuro de guerra, ni es ajeno a la posibilidad de una salida concertada con quienes han tomado las armas en contra del Estado”.

Para Vargas, “Uribe se dio cuenta de que no apoyar la paz le afectaría electoralmente, se dieron cuenta de que podrían perder apoyo. El expresidente aprovecha para plantear de manera clara esa posibilidad frente a sus candidatos”.

A su turno, el analista Alfredo Rangel dice que Uribe quiere demostrar al país que no es enemigo del proceso de paz y así distanciarse de los señalamientos indirectos que le ha hecho el Gobierno de Juan Manuel Santos.

Para el académico, este no es ningún cambio de discurso el Centro Democrático, pues, según él, siempre ha conservado la misma linea de pensamiento frente al proceso de paz y al diálogo con la insurgencia.

“No hay viraje. Es una continuidad de pensamiento que viene desde la presidencia de Uribe en ese momento condicionó cualquier diálogo a que los terroristas cesaran las acciones violentas como condición indispensable”, explica el analista.

De otro lado, el catedrático Enrique Serrano dice que todo pronunciamiento de las colectividades comenzando la campaña electoral busca recolectar votos.

De igual forma aseguró que este no ha sido un cambio de discurso sino un énfasis en el discurso que ha venido difundiendo el ex presidente Uribe durante el diálogo entre el actual Gobierno y la guerrilla.

“Si hay otro Gobierno, acabar con el actual proceso de paz sería calificado desde todos los sectores como un gran retroceso político”, puntualizó.