El País publicó los desoladores testimonios de cinco hombres, procedentes de Chile, Colombia, México y Venezuela, en los cuales relatan cómo eran abusados por sacerdotes cuando eran niños.

Una de las víctimas es Antonio Mateos, un hombre mexicano de 49 años que vivió este aterrador suceso a la edad de 8. Lastimosamente no conoce el nombre del párroco. El hombre cuenta que en la iglesia de su barrio, en México, "buscaban a niños que ayudaran los fines de semana a los sacerdotes, por una paga de 15 a 30 pesos", aproximadamente 5.000 pesos colombianos.

Antonio cuenta que, un día, "nos invitó a jugar fútbol en la cancha que estaba al frente de la parroquia. Mis amigos fueron, pero a mí me dijo que me esperara [en la oficina de la parroquia]”.

Allí el párroco le sentó en una silla y le pidió que rezara el padrenuestro. Comencé y de inmediato me metió la mano en el pantalón y me lo bajó. Me dijo que siguiera con la oración y empezó a tocarme", narró Mateos.

Después lo llevó a "un sitio más apartado" y allí siguió tocándolo. "Cuando consideró que ya era suficiente, me puso el pantalón. Yo no dije nada". Según Antonio, después el sacerdote se puso a jugar con los otros niños como si no hubiera pasado nada. 

El hombre afirma que no puede asegurar que haya más víctimas, pero que tampoco duda que él haya sido el único abusado.

Historias como las de Antonio, fueron publicadas en este artículo del diario El País. Un hombre en Chile incluso afirmó que un reconocido sacerdote de su país, que fue nominado para un Nobel de Paz, abusó de él en múltiples ocasiones.