Cuando James dio su salto a Europa, en 2010, para jugar en el Porto de Portugal, el volante tenía un valor en el mercado de 4,5 millones de euros.
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Gracias a su buena actuación con ‘Los Dragones’, se cotizó en 35 millones de euros y el club lo vendió al Mónaco de Francia, esto previo al Mundial de Brasil 2014, evento en el que el 10 se convirtió en la revelación del certamen con seis tantos, llevando a Colombia a los cuartos.
Tras esa destacada actuación su precio incrementó, llegando a los 80 millones y fue transferido al Real Madrid por un valor cercano. En el elenco español tuvo actuaciones brillantes al principio, pero poco a poco se fue diluyendo.
Por eso, el creativo decayó en su nivel, cosa que repercutió de manera drástica en su valor, llegando a 50 millones. Tras su fichaje al Bayern Munich, en 2017, el cucuteño volvió a tener destellos de calidad. En ese club volvió a recuperar su máximo valor de 80 millones.
Con su inesperada salida de la escuadra bávara, que no quiso hacer uso de la opción de compra, el deportista cayó estrepitosamente en su precio, pasando a costar 35 millones. En 2019 volvió al cuadro madrileño, pasando sin pena ni gloria.
Luego, el Everton de Inglaterra le abrió las puertas, llegando cedido del Real por una supuesta transacción, que después las directivas del club manifestaron que fue gratuita.
El colombiano tocó fondo cuando decidió dar una aventura por el Al-Rayan de Catar. Inicialmente costaba 20 millones y al final de su periplo en territorio asiático descendió a 13. Ahora, en Olympiacos, el volante de 31 años se encuentra en un precio de 9 millones de euros, el más bajo de la última década.
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