San Luis recibe el paso del río Coello por su zona norte; por el sur, el río Cucuana baña su territorio; en el interior, el río Luisa atempera el calor. A ellos se les suman los riachuelos de La Liga, El Cobre y La Jagua, tributarios del Luisa; Chipalo y Pava, ambos tributarios del Cucuana; y el de Malnombre, que tributa sus aguas al río Saldaña.

La riqueza natural del municipio es conocida a nivel nacional. Un ejemplo de esto son las cascadas de Chicalá, en el corregimiento de Payandé, a unos minutos de la capital del departamento. Se trata de seis cascadas de una abundancia ambiental inmensa, con aguas cristalinas y relajantes, exuberantes paisajes naturales y una ubicación óptima. En la primera de esas caídas de agua es donde normalmente se concentran la mayor parte de los turistas. 

Subiendo las escalinatas de piedra enrutadas se encuentran las demás, cada una más bella que la anterior.

El Salto del Águila, la más alta de todas, tiene una altura de más de 800 metros y una profundidad de ocho metros, perfecta para intentar saltos y clavados improvisados. Entre cascadas se pueden realizar caminatas que, aunque exigentes, pueden llegar a ser relajantes y una actividad física complementaria

Desde lo elevado de esa cascada el paisaje se unifica en un solo plano. Por entre los árboles se alcanza a vislumbrar la amplitud de la llanura, pero también lo encallado del lugar y el milagro manifiesto de ese tesoro de la naturaleza concedido al Tolima. Los visitantes viven una experiencia en la que el paisaje sonoro abarrota cada margen del lugar y amplía la presencia totalizadora de la naturaleza. 

Los senderos están plenamente señalizados y el recorrido puede durar alrededor de una hora. Para recorridos más largos y para los más deportistas se puede acampar y practicar actividades como rappel, canyoning, torrentismo, entre otros. Lo que hoy es San Luis, anteriormente estaba ubicado en la vereda Contreras. Al ser trasladado, lo que quedó atrás se volvió ruinas y la fachada de la antigua iglesia, erigida en 1776, se transformó en un vestigio de las épocas fundacionales de la historia del Tolima: las Ruinas de la Iglesia Santa Bárbara de Contreras están ubicadas a cinco kilómetros del centro poblado, en una zona rodeada por frondosas montañas piramidales.

Por la relación con la explotación de minerales, en un momento se llamó Mina de la Esmeralda, hasta que fue reconocido como municipio en 1.800 por la Notaría l de Ibagué, pero fijando como fecha de fundación el 9 de octubre de 1780. Le asignaron el nombre de San Luis en honor a Luis Caicedo y Flórez, uno de los responsables de la fundación del poblado. Cuenta el investigador Eduardo Torres Vargas que, a finales del siglo XVIII, el barón Alexander von Humboldt visitó este territorio e incluso revisó los planos de la hacienda de Contreras.

En 1956, la empresa Cementos Portland Diamante, que luego se transformaría en la multinacional Cemex, inició la explotación de canteras de caliza en los terrenos comprados a los dueños de la hacienda La Esmeralda.

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