El reto de atender la educación preescolar

tomada de internet - el nuevo día
Problemas de sostenibilidad financiera en los primeros grados, además de un alto déficit de la oferta en el nivel preescolar, son parte de los principales problemas que afronta la educación de los infantes.

Luis Eduardo Chamorro Rodríguez

Especial para El Nuevo Día

En Colombia estamos en deuda con los infantes de tres a cinco años de edad que debieran estar en las aulas de educación preescolar.

La magnitud de la demanda pone en aprietos al Estado y no se dispone de la financiación estable para los grados de prejardín destinados a niños de tres años ni el grado de jardín para los de cuatro años.

En el Tolima son más de 50 mil los niños con estas edades, que requieren el servicio educativo en estos grados del nivel educativo de preescolar. Son los grados de escolaridad que establece la Ley General de Educación.

Entonces, la primera situación problemática a intervenir está relacionada con el alto déficit de oferta de educación preescolar. En los 46 municipios no certificados del Tolima (excluye a Ibagué), la población en edades de 3-5 años, en 2014, llega a la cifra de 50 mil 833 y la matrícula para los tres grados de preescolar en estos municipios apenas alcanza 16 mil 678, lo que equivale a decir que son 34 mil 155 los infantes que están afuera de las aulas (el 67 por ciento).

En Ibagué, hacia 2010, la población de tres a cinco años que debiera estar estudiando preescolar era de 27 mil 16 infantes y la matrícula apenas llegaba a cifra de nueve mil 322, de tal manera que el déficit de cobertura era entonces de 17 mil 694, equivalente al 65.5 por ciento. Son cifras que ayudan a entender la magnitud del problema.

En cuanto a la oferta del grado de transición en Ibagué, en 2014, según datos de la Secretaría de Educación (Carlos Rojas, 2014) y las proyecciones de población del Dane, 2014), se calcula que son mil 429 los niños de cinco años que no acceden a las aulas, lo cual equivale a decir que de cada 100 niños en edad para cursar este grado obligatorio, llegan a las aulas 84, quedando fuera de ellas 16.

Porque la población en edad de cinco años es de ocho mil 910, y la matrícula llega a siete mil 481, cifra menor que la de 2013 que era de siete mil 966 infantes matriculados.

Lo bueno es que para el cuatrienio presidencial que ya comenzó, se ha anunciado la atención integral de la primera infancia, a través de la continuación de la estrategia “De cero a siempre”, que comprende a niños recién nacidos hasta el grado de transición.

Hace parte de la idea fuerza de que Colombia será la mejor educada de Latinoamérica en 2025. La tarea de la atención educativa para estos infantes es difícil de lograr, porque se trata del nivel educativo de menor cobertura y las cifras anteriores lo dicen a gritos.

Hay un problema de financiación del preescolar en los grados de prejardín (para niños de tres años) y en el grado de jardín (cuatro años), porque sólo se destinan recursos financieros para estos grados si el crecimiento de la economía supera el cuatro por ciento, en el respectivo año. Afortunadamente ese requisito se cumplió en los últimos años.

Pero no hay garantía de la financiación permanente de estos dos primeros grados de preescolar, tal como sí la hay a partir del grado de transición, que es obligatorio. Es problemático que cada año se tenga que recurrir a la contratación del servicio educativo con organizaciones e instituciones privadas, a través de Banco de Oferentes que se hayan constituido en cada entidad territorial.

LA IMPORTANCIA DEL PREESCOLAR

Me gusta más la denominación de educación preescolar que la de “educación integral de la primera infancia”, que utiliza el gobierno. Ésta tiene sus ventajas en cuanto está dirigida a atender a los infantes desde su nacimiento en salud y alimentación, principalmente. Pero esto de la primera infancia se ha prestado para dispersar los recursos, para diversificar las responsabilidades de atención a la población que requiere este servicio. También ha servido para maquillar los resultados de la gestión porque cualquier actividad de vacunación, o de suministro de desayunos a niños, puede ser contabilizado por Bienestar Familiar como un resultado relevante en la atención de la primera infancia. Me gusta mejor que la atención educativa sea una responsabilidad del sistema escolar, con profesionales de la educación idóneos para ello.

El preescolar es un nivel educativo de vital importancia por varias razones y para ello recurro al segundo informe del Observatorio de la Educación de la Universidad del Tolima (Chamorro, 2009, p.10). En cuanto al éxito escolar, influye en el mejor rendimiento académico de los estudiantes en el futuro. Estudiantes que han cursado preescolar, obtienen mejores resultados en las evaluaciones externas, estandarizadas, en el futuro. El preescolar contribuye al mejoramiento del lenguaje y de las competencias cognitivas, es “fundamental en la formación de la inteligencia y el desarrollo cognitivo”.

En cuanto a eficiencia interna, contribuye a disminuir la deserción escolar, la repitencia, el ingreso tardío a la escuela. En cuanto a rentabilidad, su tasa de retorno se multiplica por siete, contribuye al crecimiento económico del país, es rentable en capital humano, ofrece mayor relación costo-beneficio; es clave para la reducción de la pobreza y para solucionar las desigualdades sociales.

Credito
EL NUEVO DÍA

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