El Gobierno nacional avanza en el objetivo de poner en cintura todos los actores del sector salud colombiano y lo está haciendo de manera decidida en la regulación de precios de medicamentos y desde marzo en los dispositivos médicos.
Con el plan piloto que inicia este mes, en donde por primera vez Colombia implementará la regulación de precios de dispositivos médicos; es decir, artículos, máquinas e instrumentos implementables o no invasivos que son usados por los profesionales de la salud en sus servicios.
El primer dispositivo que entrará en regulación en el país será el stent coronario medicado, que en la actualidad se negocia en promedio en $5 millones, y es recobrado por el Fosyga hasta por $6.5 millones.
Con este nuevo régimen, los pacientes que requieran este dispositivo podrán acceder a él por $3.2 millones, como máximo, lo que significa una reducción del 36 por ciento y un ahorro cercano a los $14 mil millones al año para el sistema de salud colombiano.
El exministro de Salud Augusto Galán, resaltó los avances del Ejecutivo, pero dijo que “hay necesidad de trabajar más. El Gobierno inició el camino, va bien, está haciendo una tarea juiciosa, con seguridad el tema de dispositivos, el stent es el primero pero deben haber otros”.
“En la medida en que los recursos se racionalicen, se utilicen mejor y los costos de intervenciones de medicamentos de dispositivos tecnológicos y nuevas tecnologías se abaraten, al sistema le va rendir más la plata para poder atender más servicios a la población”, afirmó Galán.
Sin embargo, el presidente de la Asociación de Pacientes de Alto Costo, Néstor Álvarez, dijo que son bienvenidos los esfuerzos del Gobierno, pero “aún después de esa regulación muchos de esos elementos siguen siendo caros y consideramos que todavía se necesita ajustar más los precios en el mercado”.
Según el representante, los medicamentos, inclusive los genéricos, alcanzarían a bajar un 50% más en el país.
Hay que regular la venta al público
Actualmente hay 585 (68%) presentaciones de medicamentos registrados en el Plan Obligatorio de Salud (POS), y 279 (32%) que están por fuera del POS, que están cobijados por la regulación del Ministerio de Salud.
El grueso de estos medicamentos son empleados para tratar enfermedades de alto costo como diabetes, cáncer, epilepsia, problemas psiquiátricos, hemofilia, entre otros.
Sin embargo, el director General de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas, Juan Carlos Giraldo, dijo que estas reducciones aún no se sienten en los bolsillos de los usuarios, debido a que estos no se encuentran a la venta directa del público, sino que son o dispensación intrahospitalaria.
“Hay medicamentos de consumo masivo que los pueden adquirir en la farmacia de la esquina, y si les bajaron el precio pues el usuario lo va a sentir, pero resulta que la mayoría de esos medicamentos, en un porcentaje muy importante, se dispensan y se administran dentro del hospital, en unos procesos complejos, entonces usted como ciudadano no lo siente en su bolsillo”, explicó.
En ese sentido, Giraldo dijo que si dichos medicamentos están dentro del POS el ahorro será para las Empresas prestadores de Salud (EPS), y si están excluidos del POS, ese ahorro va al Fondo de Solidaridad y Garantía (Fosyga).
“Un porcentaje importante se queda en las EPS o el Fosyga y un porcentaje más pequeño en la gente”, advirtió.
A la par, Álvarez dijo que en Colombia hay una “necesidad urgente de bajar los precios, desde el bloqueador solar, que es por el primero que deberíamos empezar, pasando por las vitaminas. Indiscutiblemente todos los productos para manejo de enfermedades todavía son caros y cuando a las personas les toca comprarlos en la droguería, porque la EPS no los da, no hay control de precios y todo el mundo cobra lo que quiere”, cuestionó.
Esto se debe a que, en palabras de Álvarez, el Gobierno solamente dejó un control de precios para las ventas mayoristas y para recobrar al sistema en el caso de los medicamentos no POS, pero “no ha tenido voluntad de colocarle tope para venta al público.
“Eso nos preocupa, porque no vemos que el ciudadano cuando llega a comprar el medicamento pueda tener una ayuda por una regulación en precios”.
Los casos en los que coinciden los expertos hacen referencia a medicamentos que no son de alto costo, pero que son un gasto recurrente para pacientes crónicos, por ejemplo como hipertensos, pacientes con colesterol alto, con cierto grado de artritis, entre otras patologías.
El exministro Galán aseguró que estos medicamentos “deberían ser eventualmente regulados”, pues el gasto de bolsillo en el país es el 14% del gasto total en salud, lo que tiene un componente muy grande en este tipo de medicamentos, equivalente a entre $6 y $7 billones al año.
En la misma dirección, Rodrigo Córdoba, expresidente de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, hizo un llamado a la “autorregulación” para que el beneficio y reducción en los precios llegue a la población.
“Si no hay una autorregulación en todos los actores de la cadena, desde la producción, venta y distribución de los medicamentos y dispositivos, terminarán siendo autorregulados por el Estado”, puntualizó.
Preocupación por stock de stent coronarios
Con la puesta en marcha del plan piloto con el stent coronario, el representante de la Asociación de Hospitales y Clínicas mostró su preocupación, pues dijo que “un hospital que ha comprado un número de stent en los últimos dos o tres meses, los tienen en su bodega o almacén, los compró a un precio antes de la regulación, en un nivel de precios superior, y viene la regulación y los cambia de precio, inmediatamente hay un desfase, lo voy a tener que facturar a un precio más bajo y eso genera una pérdida económica importante para el hospital”.
En ese sentido, el directivo le pidió al Gobierno que intervenga en este tema: “Nosotros creemos que nos tienen que reponer eso o facilitar la renegociación de los stent con los vendedores”.
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