¿Qué está sucediendo en la Universidad del Tolima?

ARCHIVO - JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA
Incremento de los gastos de funcionamiento, también en el número de contratistas y obras que estarían ‘estancadas’, hacen parte de los cuestionamientos que le hacen al rector, quien señala que su prioridad es la calidad educativa por encima de todo.

Las medidas y políticas adoptadas por José Herman Muñoz Ñungo a lo largo de los dos años y siete meses que ha estado al frente de la Universidad del Tolima, son causa de una fuerte controversia.

Mientras unos califican su gestión como buena porque dicen, se ha avanzado en términos académicos, otros consideran que al rector se le salió de las manos el manejo de la alma máter, y comparan el estado financiero de la Universidad con una bomba de tiempo a punto de estallar.

En ese sentido, varios de sus detractores, algunos tan cerca de él en el Consejo Superior de la Institución, señalan que la U.T. tiene una pérdida que supera los cinco mil 400 millones de pesos.

Y afirman que los números rojos, son efecto de una política financiera en la que se le ha dado una importante cabida a las Órdenes de Prestación de Servicio (OPS), un incremento de los gastos de funcionamiento y a decisiones erradas en el uso de los recursos propios de la Universidad.

Pero estas no son las únicas críticas que empañan la dirección del académico. También se le cuestiona “el poco avance” de obras como la clínica veterinaria y el bloque de aulas, cuyos procesos de construcción estarían estancados.

Y como si fuera poco, a Muñoz Ñungo se le señala de estar detrás de varias de las protestas estudiantiles, lo cual dijo una fuente que solicitó la reserva de su identidad, haría parte de toda una estrategia política.

Según lo indicado, el Directivo junto con varios colaboradores, entre ellos integrantes de sectores ambientalistas, estarían consolidando un movimiento político con el cual buscaría alcanzar la Gobernación del Tolima en los próximos años.

Frente a los cuestionamientos, el rector Muñoz Ñungo, en dialogó con EL NUEVO DÍA, respondió una a una las críticas y señalamientos.

Y afirmó que las medidas y políticas que ha adoptado, están orientadas hacia la mejora continua de la calidad educativa.

No obstante, sí reconoció que la cobertura y la estabilidad financiera de la U.T. han sufrido fuertemente, lo que para sus críticos es muestra del alto precio que ha pagado la Universidad, en la búsqueda de su acreditación.

Números rojos

En febrero de 2012 y por un periodo de 10 meses, el gobernador del Tolima, Luis Carlos Delgado Peñón designó como rector (e) de la U.T. a Héctor Villarraga, quien adelantó una reforma laboral en la Universidad.

En noviembre del mismo año, José Herman Muñoz, quien en el pasado había sido Vicerrector Académico y Vicerrector de Desarrollo Humano de la U.T., reemplazó a Villarraga y se convirtió en el rector en propiedad.

Luego de estos 31 meses de gestión, a Muñoz Ñungo se le cuestiona por el actual estado financiero de la Universidad (Ver tabla), en el que sumado a los números rojos, se incluyen presuntos casos de corrupción y malos manejos administrativos.

La principal preocupación que ha surgido en los miembros del Consejo Superior de la Universidad que exigieron una investigación, radica en una pérdida de cinco mil 402 millones de pesos y unos pasivos que alcanzan los 45 mil 572 millones de pesos.

Con respecto a los resultados financieros, el rector señaló que la mejora en la calidad de la educación le ha costado a la U.T. un alto precio (ver Logros de la U.T), y que además existen otros factores que justifican el aumento de los gastos.

Explicó que desde hace tres o cuatro años, existe un desfase entre el incremento del salario de los funcionarios de la entidad y las transferencias que gira el Gobierno nacional a la Universidad, las cuales se ajustan con base en el IPC anual.

Mientras este año el IPC aumentó tres por ciento, el incremento del salario de los funcionarios públicos fue de 4.66 por ciento, una diferencia de 1.66 por ciento que según Muñoz Ñungo, podría representar más de 500 millones de pesos.

Sin embargo, en 2012, el Gobierno nacional transfirió a la U.T. 45 mil 556 millones de pesos; en 2013, 53 mil millones, y en 2014, 58 mil 584 millones de pesos, es decir que en 2013 los recursos aumentaron 17 por ciento y en 2014 un nueve por ciento.

Frente a estas cifras, el rector reconoció que sí se han incrementado los aportes públicos de la Nación, pero advirtió que a un ritmo inferior del aumento de los salarios de los funcionarios de la Institución.

Ese “desfase crónico en las finanzas”, como lo calificó, se podría solucionar según dijo, si el Gobierno nacional asume esa diferencia y si a las universidades públicas se les transfiere cuatro puntos adicionales a la cifra de crecimiento del IPC.

Pero 500 millones de pesos no hacen mella en unos pasivos de más de 45 mil millones, por lo que el rector esbozó otras causas de los números rojos.

Recordó que a los profesores, además del aumento salarial, les pagan por producción intelectual, como por ejemplo las bonificaciones (puntos) que se otorgan por los artículos que fueron publicados en revistas académicas, lo cual precisó, le costo a la U.T. casi 200 millones de pesos en 2014.

“Por cada artículo internacional en una revista muy buena nos dan 15 puntos si no hay más de tres autores.

“El punto en este momento está en 10 mil 715 pesos, osea que un artículo en una revista A1, le costaría al Estado más de 160 mil pesos adicionales en el salario de ese profesor de por vida, con todas las prestaciones.

“(...) Nosotros le estamos diciendo al Gobierno nacional, por lo menos páguenos esas dos cosas... Cada año son más o menos mil millones de déficit que nos deja, que va arrastrado año a año. Nosotros a eso lo llamamos déficit crónico”, detalló.

Otros gastos importantes, según el Directivo, están referidos a los incrementos de los salarios de los profesores que publican libros, que en algunos casos pueden alcanzar los 200 mil pesos y son de por vida.

Refiriendo otros gastos, afirmó que este año el decreto 054 determina que hay que afiliar a la ARL a los pasantes, lo cual genera un gasto de entre 10 y 20 millones de pesos adicionales para la Institución.

Y reconoció que su Administración ha incrementado los gastos, pero que esa decisión se basa en una política de carácter social y académico.

“A los estudiantes se les daba tradicionalmente 500 pesos por un día de práctica, hoy en día se les entrega 12 mil pesos”, afirmó.

También, aseguró que la U.T. tiene 18 profesores con dedicación exclusiva, quienes trabajan más de 48 horas a la semana y cuyo salario aumenta en más de un 22 por ciento. A este se suma el de los docentes que están en comisión de estudios, que también cuestan.

A esto se suma, precisó, que los recursos del Impuesto Sobre la Renta para la Equidad (Cree), que son transferidos por la Nación, solo pueden ser usados para inversión, no para gastos de funcionamiento, por lo que se convierten en dineros “intocables” para suplir estos pasivos.

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Error con el Cree

El rector reconoció que su administración cometió un error este año, cuando la Universidad asumió el valor de las obras de construcción de una Subestación eléctrica, que alcanzó los mil 900 millones de pesos. 

Según él, ese gasto se canceló con recursos propios de la Universidad que correspondían al pago de gastos de funcionamiento, cuando podrían haberse sufragado con recursos del Cree que son para inversión.

“Hubo un error que sí cometimos y es que asumimos un gasto con dinero de gastos de funcionamiento, y no con recursos del Cree, porque creímos que nos llegaba plata en diciembre (los pagos de la U. San Martín, U. Guajira y Gobernación del Tolima).

“(...) Lo de la subestación fue un error porque lo hicimos con recursos propios, yo pude haberle dicho al Consejo Superior que me permitiera sufragar estos gastos con recursos del Cree”, se lamentó el rector.

Con respecto al uso de esos dineros, Muñoz Ñungo afirmó que el Gobierno nacional giró en 2014 nueve mil 700 millones que están guardados en los bancos y que corresponden a recursos de es impuesto. 

De ese monto, dijo que tres mil millones se destinaron para culminar el hospital veterinario, mientras que mil 700 millones se invertirán en el nuevo polideportivo, y cinco mil millones de pesos en el bloque de aulas. 

Menos plata desde la Gobernación 

En noviembre de 2014, 11 de los 15 diputados del Tolima aprobaron el proyecto de Ordenanza 039, con el que la Gobernación pretendía ajustar hacia abajo el monto de las transferencias que efectuaría a la Universidad del Tolima. 

En concreto, la Gobernación aducía en la Resolución que no debía pagar todo lo que la Universidad le reclamaba, por lo que el valor de la deuda que existe también se reduciría en contravía de las pretensiones de la Institución.

Las cuentas de la Gobernación resultan inferiores a las establecidas por la U.T. por varios miles de millones de pesos, lo cual constituye, una disminución de recursos para la entidad.

La norma generó una gran polémica, y toda la comunidad universitaria puso el grito en el cielo. Un par de días después de conocerse que la iniciativa había pasado el primer debate en la Duma departamental, el gobernador Luis Carlos Delgado Peñón retiró el proyecto.

Luego de una reunión entre la Gobernación y las directivas de la U.T., se acordó que sería el Tribunal Administrativo del Tolima la autoridad judicial pertinente para determinar la cuantía exacta que se le deberá transferir a la Universidad en cada vigencia.

Sin embargo, las diferencias de cuentas se mantienen y el rector señaló que ese conflicto impactará de manera negativa los ingresos de la U.T. durante 2015.

“(...) Este año, según nuestras cuentas, deben darnos alrededor de seis mil millones de pesos, y ellos nos van a dar solo entre tres mil 200 y tres mil 400 millones de pesos”, advirtió.

Y añadió que la Gobernación argumenta “que nos ha dado más plata por regalías, nosotros decimos que sí nos ha girado por regalías, pero no nos ha dado de acuerdo con la ley. 

“Es que el Gobierno nacional por ley tiene que efectuarnos giros cada año para gastos de funcionamiento y regalías no es para gastos de funcionamiento, regalías es para proyectos de inversión”.

Para el Directivo, los recursos entregados por la Gobernación no se pueden usar para cubrir gastos de funcionamiento. “Los recursos corresponden a proyectos que nos hemos ganado nosotros por presentar propuestas”, alegó. 

Irregularidades en nómina 

Luego de la solicitud del Consejo Superior de investigar y revisar el estado financiero de la Universidad, se acordó adelantar una reunión, la cual se organizó en Bogotá el pasado mayo. 

Durante el encuentro, al que asistieron los integrantes del Consejo Superior y del Ministerio de Educación Nacional, se señaló que la crisis que estaría enfrentando la U.T. se debe, de manera principal, al incremento en el número de contratistas.

Fernando Misas Arango, miembro del Consejo Superior y representante de los Exrectores, ha sido uno de los críticos del manejo financiero que se le ha brindado a la Universidad.

Él le dijo a EL NUEVO DÍA que basado en cifras oficiales se observó que en noviembre de 2012, época en la que Muñoz Ñungo asumió la rectoría, cambió toda la política laboral de la Universidad. 

De acuerdo con los datos, entre el 1 de noviembre de 2012 y marzo de 2015 se incrementó el personal transitorio (personal temporal para desarrollar actividades de carácter transitorio) en un 78.5 por ciento, al pasar de 121 a 216 trabajadores en esa condición.

De otra parte, el personal de planta pasó de 164 a 168, un incremento del 2.29 por ciento, mientras que el número de provisionales pasó de 400 a 423, una variación positiva del 5.75 por ciento.

El Consejero explicó que, “hemos tenido un incremento en la planta como tal de 122 personas”, hecho que según él, viola el acuerdo 0006 de mayo de 2012, que determina las condiciones técnicas para incluir nuevo personal.

“Ese manejo irregular del personal es lo que realmente ha venido produciendo después de dos décadas en los que la Universidad no presentaba déficit, uno de más de cinco mil millones de pesos”, dijo Misas.

Con respecto al incremento de las OPS, Misas explicó que en 2012 había 54 en total, y esta cifra se incrementó a 635 en diciembre de 2014, un aumentó del mil 100 por ciento. 

“(...) Ni que la Universidad estuviera paralizada cuando esta administración asumió, cosa que no es cierta” dijo, y añadió que esta variación en el número de contrataciones entre 2012 y 2015, le ha costado a la U.T. 12 mil 361 millones de pesos. 

“Yo no comparto eso y creo que si nos gastamos más de 12 mil millones de pesos en burocracia innecesaria es una infamia contra las presentes y futuras generaciones de tolimenses”, aseguró Misas.  

En ese sentido, los estados financieros de la U.T. indican que sobraron recursos de la política laboral emprendida por Villarraga. Frente a eso, otra fuente que fue consultada por EL NUEVO DÍA, dijo que el déficit ha sido causado por “los 400 nuevos contratistas que metieron”. 

Y puso como ejemplo que “en la Vicerrectoría Académica a cargo de David Benítez, había nueve (contratistas), ahora hay 67 contratistas”.  

Y aseguró que detrás de esa inclusión de personal, estarían varios políticos de Ibagué y el resto del Tolima, quienes tendrían sus cuotas al interior de la Institución de Educación Superior.

La fuente fue más allá, y dijo que durante la administración del actual rector, ha faltado transparencia en los concursos docentes, y también criticó la designación de algunos funcionarios.  

Entre los nombramientos que han resultado polémicos está el de Juan Fernando Reinoso, quien fue designado, según se informó, por el rector como Vicerrector Administrativo. 

Según la fuente, Reinoso fue decano durante varios años de la en ese entonces facultad de Administración de Empresas, dependencia donde se habrían registrado presuntas irregularidades durante su dirección.

Logros de la U.T.

En la actualidad, en el listado que mide las mejores universidades colombianas, la U.T. ocupa el puesto 23 en el QS World University Rankings, y el 24 en el de Scimago. En 2014 la Institución contó con 39 grupos de investigación reconocidos por Colciencias, los cuales corresponden al 60 por ciento de los que existen en el Tolima. Entre 2012 y la actualidad, la Universidad pasó de tener siete a 13 maestrías, y está próxima la apertura de la maestría en Pedagogía y mediaciones tecnológicas

En cuanto a doctorados, la oferta pasó de tres a cuatro en el mismo periodo. Con respecto a los procesos de acreditación, se pasó de seis programas en 2012 a ocho en la actualidad, y están en proceso dos más, informó el rector, quien además destacó la acreditación del programa de Agronomía por parte de la Mercosur, la que según él, es válida en ocho países y es el primer programa que acredita la Universidad en el ámbito internacional.

En 2014, 228 estudiantes de la Universidad con apoyo estatal y de sus familias tuvieron la oportunidad de estudiar en el exterior, mientras 32 estudiantes extranjeros visitaron la Universidad durante el mismo periodo. También, el Directivo informó que la U.T. tiene 92 profesores con título doctoral. “En 2014 nuestros profesores aportaron 114 artículos científicos, de los cuales, 82 están publicados en revistas de buena categoría”, aseguró. Muñoz Ñungo también dijo que “en 2014 editamos 29 libros en convocatorias públicas y participamos en la Feria del Libro”.

Menos ingresos

José Herman Muñoz también dijo que mientras los gastos de la Universidad han aumentado, varias normas del Gobierno nacional sumadas a pagos parciales de la Gobernación del Tolima y de la Universidad de La Guajira han afectado los ingresos de la alma máter.

Un ejemplo es el descuento del 10 por ciento que se hace en las matrículas de pregrados y posgrados, cuando se presenta el certificado electoral y que es una exigencia de ley.

Aunque dijo que el Gobierno devuelve de manera parcial esos recursos, indicó que en 2014 la U.T. dejó de recibir alrededor de mil 900 millones de pesos por varias normativas del orden nacional.

De la misma manera, señaló que se registró una caída en los ingresos en la matrícula por la reducción en el número de los centros de educación a distancia (Cread).

Este ha sido un proceso encabezado por la actual administración de la Universidad y que se denomina “cobertura con calidad”, que reformó el Instituto de Educación a Distancia (Idead), (Ver reforma polémica).

El rector, explicó a su vez, que la Universidad tiene un problema de caja porque a diciembre de 2014 no recibió los dineros de la Universidad San Martín, cuya deuda alcanza los 600 millones de pesos.

“Tampoco 798 millones de la Universidad de la Guajira que administra programas nuestros”, ni de la Gobernación del Tolima que en 2014 no le giró alrededor de 850 millones de pesos la U.T., mientras la Institución “incurrió en gastos creyendo que este valor iba a ser cancelado”, afirmó.

“Si la U. Guajira nos hubiera pagado, si la San Martín nos hubiera cancelado y si el Gobernador nos hubiera girado, estamos hablando de casi dos mil 600 millones de pesos”, indicó Muñoz Ñungo.

Y agregó que la Universidad tampoco recibió un solo centavo por concepto de una estampilla del orden nacional que implementó el Gobierno nacional en 2010. Estos recursos, que ascienden a los tres mil millones de pesos, son para inversión y bienestar.

Reforma polémica

Otra fuente consultada por EL NUEVO DÍA, aseguró que la Universidad “ha perdido” alrededor de 20 mil estudiantes que correspondían a la modalidad de educación a distancia del Idead, debido al cierre de los Cread en varias zonas del Tolima y del resto del país. El rector justificó estos cierres bajo un proceso que denomina ‘cobertura con calidad’, el cual está basado en modelos aplicados por la Universidad de Antioquia, del Valle y de Cundinamarca en sus respectivas regiones. Se trata de reducir el número de sedes de la Universidad y unificarlas en centros con una infraestructura más robusta, que funcionen como una especie de nodos, para “ofrecer una mejor calidad educativa”.

Aunque es una medida impopular y cuestionada, por la disminución de ingresos para la U.T. y la caída en el número de cupos ofertados, el Directivo argumentó que mientras esté en la rectoría le va apostar a la calidad “por encima de todo”. Entre otras medidas, está que ahora los estudiantes concursan con el puntaje del Icfes para poder ingresar a un programa, y se va a recibir máximo dos grupos, es decir máximo 90 personas por programa, y mínimo 20 personas por carrera.

Justificó las OPS

El rector respondió que el 60 por ciento de las OPS contratadas fueron para ejecutar conve nios, mientras el restante fue para investigación y otro número significativo estuvo destinado a cubrir actividades misionales.

Indicó que si bien el aumento en el número de las OPS costó 12 mil 400 millones de pesos, la situación podría verse también como un incremento de la capacidad de gestión de la Institución.

Y agregó que “esto genera unos recursos de vuelta”, porque el 60 por ciento de los 12 mil 400 millones de pesos corresponden a recursos externos de la Universidad, es decir, que fueron gestionados.

“Para analizar el incremento (OPS) entre 2013 y 2014 hay que efectuar un cruce de información y tener en cuenta cuántos convenios de servicio tenía la Universidad en 2012 y cuántos tiene ahora.

“Por eso de los 12 mil 400 millones de pesos, casi el 60 por ciento son de recursos externos. Pero hay otras OPS que son obligatorias, que la Universidad tiene que hacer, no todas son para adelantar convenios”.

Así las cosas, cerca de siete mil 400 millones de pesos de esos 12 mil 400 millones son de recursos externos, y de ese total, la Universidad debió asumir cinco mil millones de pesos a lo largo de la actual administración.

Personal para formación docente, para conformar los grupos de investigación y la contratación de intérpretes para el apoyo de estudiantes con discapacidad auditiva en el Idead, hacen parte de las OPS autorizadas.

“De las OPS de 2013 en el Idead que fueron más de 40, 33 son para vincular intérpretes, es obligatorio, y lo obliga la ley. ¿Y ahí que política existe del rector?”, afirmó.

El directivo añadió que al incrementarse el número de convocatorias para financiar proyectos de investigación, se aumentó en igual proporción el personal que se requiere para esas iniciativas.

“El profesor presenta su proyecto y en él coloca el recurso humano que necesita y ahí se incluyen estudiantes para que hagan algunas actividades, eso se hace por OPS.

“Entonces muchas OPS también corresponden a los resultados que tenemos en términos de investigación... tenemos profesores muy buenos que están pensionados y participan en los grupos de investigación y los seguimos vinculando”, aclaró.

Y recalcó que, “quién toma la decisión de vincular un estudiante a un grupo de investigación es el coordinador de esa investigación... no es el rector de turno el que dice nómbreme a este o a otro”.

Obras sin avance

La fuente citada dijo que a Muñoz Ñungo le dejaron 31 mil millones de pesos para inversiones en la época en la cual inició su periodo como rector.

Estas incluían, explicó, la construcción de un edificio de aulas y una sala de exhibiciones del Museo Natural, así como el hospital veterinario.

Con respecto al edificio de aulas, dijo que se presentaron inconvenientes con los pliegos de condiciones, y según la fuente, esta ha sido la causa principal de que en tres años las obras no hayan salido adelante.

El hospital veterinario, otra de las obras pendientes, ya estaba en marcha cuando ingresó la actual administración, precisó la fuente.

Y añadió que en el caso de la construcción de la sede de la Facultad de Ciencias Humanas y Artes, se cambiaron los planos, lo que produjo que los costos de construcción se incrementaran en más del 50 por ciento.

“En las licitaciones se cometen profundos errores, no es sino ver que declararon desierta la de la clínica veterinaria, eso fue un horror.

“Y habría mirar por qué se cometieron los errores y la forma como eso se manejó”, advirtió por su parte, el consejero Fernando Misas.

En contraste, José Herman Muñoz cuestionó la manera como esas obras se convirtieron en una prioridad para la Universidad, y dijo que le entregaron los proyectos solo en papel y sin los recursos necesarios.

“Efectivamente cuando yo llegué a la rectoría me dijeron acá hay cinco obras para hacer. Pero ¿con qué criterio establecieron eso y con qué criterio dijeron esto vale tanto?.

“Todo lo que me entregaron, esos precios estaban por debajo del valor... esas obras estaban solo en el papel”, dijo.

Según el Directivo, durante su administración se han culminado tres de las cinco obras proyectadas: el consultorio jurídico, la tienda universitaria y las instalaciones de la Facultad de Ciencias Humanas y Artes.

Acerca de los posibles sobre costos en esta última, señaló que fue una obra que la entregaron desactualizada en términos de costos de construcción. “Ahí no cabían los profesores entonces tuvimos que ampliar la infraestructura”, afirmó el rector.

Las dos infraestructuras pendientes, son el hospital veterinario que está aún en construcción y el bloque de aulas que no se ha entregado, y del cual, afirmó el Directivo, solo se “lo entregaron en papel”.

“No es cierto que las obras me las entregaron en marcha, me entregaron fue una proyección para salir a buscar los recursos”, puntualizó el rector.

Credito
REDACCIÓN EL NUEVO DÍA

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