De anglicismos y barbarismos

Carmen Inés Cruz Betancourt

Que en Colombia se habla el mejor español de este continente es una afirmación que hemos escuchado muchas veces y la hemos creído sin que sea posible confirmar y ojalá esa percepción sea medianamente cierta. Por eso inquietan algunos hechos que quiero compartir en torno al uso del idioma.
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Sabemos que las lenguas evolucionan, que con alguna frecuencia surgen nuevos vocablos derivados de otros, o inventados, y que son las comunidades quienes actúan como árbitros, jueces y dueños en esa materia. En principio algunos serán calificados como barbarismos hasta cuando, a fuerza de su uso, se arraiguen en los pueblos y después de un largo proceso son aceptados por la Real Academia de la Lengua Española.

En años recientes nos hemos acostumbrado a escuchar y usar expresiones tomadas del inglés como: ranking, casting, stok, inn, snob, showman, fundrising. Otras provienen del ámbito de la tecnología informática, como “chatear, guasapiar, guglear, jaquear, mouse, chip, blog, blogueros, youtubers, podcasteros, que no han encontrado sinónimos válidos en español. De la misma manera, en el ámbito de la moda se han popularizado vocablos como ‘fashion’ y ‘fashionista’.  A todos estos se les llama anglicismos.

Más recientemente se escuchan palabras que de entrada producen estupor, tales como ‘aperturar’, ‘ofertar’ y ‘coberturar’. Se dice que provienen del ámbito de las finanzas y que posiblemente las utilizan quienes las consideran modernas y sonoras, a pesar de que aún lastiman el oído. Son vocablos que toman sustantivos para convertirlos en verbos a pesar de que hay equivalencias válidas en español como: abrir, ofrecer y cubrir. A esas se les puede calificar como barbarismos y, al menos por ahora, lesionan nuestro idioma.

Dicho esto, precisemos que aperturar, ofertar y coberturar son expresiones que mal sustituyen otras que se reconocen como correctas, si bien es posible que les atribuyan acepciones algo diferenciadas pero, quienes las utilizan lo hacen como sinónimos. Es así como se escucha decir cosas como: “Voy a aperturar una cuenta en el banco”. “Mi amigo apertura un nuevo punto de venta”, “Voy a ofertar mi bicicleta y a comprar un seguro para coberturar mis bienes”; o, “Me siento tranquilo porque mi crédito está coberturado por una buena garantía”. Así mismo, se ha popularizado el uso de palabras como las siguientes: accesar, direccionar, legitimizar, particionar, recepcionar, sanitizar, concienciar, procuración, todas incorrectas, en tanto que las correctas son: acceder, dirigir, legitimar, partir o dividir, recibir, desinfectar, concientizar y procurar.

Quienes optan por usar aquellas expresiones dejan la impresión de que lo hacen no por desconocimiento de cuáles son los equivalentes correctos ni por falta de vocabulario, porque bien sabemos que el nuestro es un idioma muy rico, sino por el deseo de lucir modernos. Cabe entonces preguntar si ¿No es esta una forma de maltrato al idioma que supuestamente manejamos muy bien? 

Sin importar que sean vocablos utilizados por un segmento de la población y acogidos en algunos medios de comunicación, tendremos que continuar considerándolos “barbarismos” hasta cuando sean aceptados por la Academia de la Lengua, y ojalá no sea así.

CARMEN INÉS CRUZ

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