Un nuevo comienzo

Carmen Inés Cruz Betancourt

El próximo primero de enero inician tareas quienes ganaron las elecciones de octubre. Lo hacen en medio de circunstancias difíciles, no solo por los múltiples problemas que enfrentan el Departamento y sus municipios, sino por el complejo panorama del país y del entorno internacional.
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Además, por las presiones derivadas de las promesas formuladas en sus campañas, que suelen limitarse a identificar las cosas que quieren hacer, sin mayor conciencia sobre el ‘cómo’, ‘con qué’ y ‘cuándo’.

La gran mayoría llegan rodeados de gran escepticismo, porque en general la gente no cree en los políticos y porque ponen en duda que sean capaces de liberarse del yugo y la avaricia de los caciques politiqueros que promovieron su triunfo con la expectativa de retener el poder y recibir generosas retribuciones en cuotas burocráticas y contratos.

No obstante, para no caer en generalizaciones injustas, en válido asumir que muchos de quienes ganaron llegan con buenas intenciones y desconociendo o subestimando  las enormes dificultades que enfrentarán. Por ello merecen un compás de espera mientras demuestran su carácter, independencia y auténtico compromiso con la urgente necesidad de llevar el Tolima y sus municipios por el camino correcto.

Su primera prueba será la conformación de los equipos que les acompañarán, que deberán ser personas honestas a toda prueba, idóneas y profundamente comprometidas con las comunidades. Personas que valoren su dignidad, su nombre y el que dejarán a sus familias; que no tengan que enfrentar cuestionamientos a su ética, a su capacidad y diligencia para desempeñar el papel que les asignen. Personas que valoren su libertad y que no manipulen para torcer decisiones judiciales que les puedan condenar a largos años de cárcel por delitos propios o cohonestados a otros.  Que tengan claro que la justicia cojea… pero a veces llega, y de ello tenemos penosos ejemplos.

Ahora bien, es un hecho excepcional en Colombia, que un departamento elija simultáneamente una mujer como gobernadora y otra como alcaldesa de su ciudad capital, como ha sucedido en el Tolima. Esto, sin duda les dará gran visibilidad y las hará objeto de permanente marcación. Sus coterráneos esperamos que una y otra estén a la altura de esa singularidad que algunos calificarán como un gran logro en materia de equidad de género. Solo ellas podrán probar que sí lo es.

Sobre los hombros de la Gobernadora y la Alcaldesa de la capital recae una responsabilidad histórica aún mayor. Tienen la tarea ineludible de probar con creces que cuentan con la fortaleza suficiente para liberarse de los caudillos de la politiquería tradicional que van a pretender presionarlas para que actúen como ellos lo han hecho por décadas, con lo cual han generado enorme atraso, pobreza, violencia, desempleo e inequidad en la región, a pesar de las enormes oportunidades que el entorno ofrece.

Por el bien del Tolima, a la Gobernadora, alcaldes, diputados, concejales y ediles, les deseamos mucha suerte. Ustedes asumen el duro reto de gobernar y cuidar que unos y otros cumplan bien su tarea; ahora su responsabilidad es con toda la comunidad sin distingo alguno. Qué bueno que al final de sus mandatos se pueda afirmar que en sus manos se lograron cambiar las nefastas costumbres políticas arraigadas. Así mismo, es un desafío para la ciudadanía exigir y vigilar que así sea y también denunciar sus fallas.

Se trata de un nuevo comienzo que requiere construir sobre lo construido. No queremos más “elefantes blancos” porque de esos hay demasiados. No más polarización, odios ni resquemores. No más confrontaciones inútiles. Es tiempo de darle una nueva oportunidad al Tolima y a su gente. ¡Exitos!  ¡Muchos éxitos!    

Carmen Inés Cruz

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