Que no se agüe la fiesta cafetera

César Picón

En estos tiempos en los que la economía esta de capa caída no hay que desaprovechar ni un solo “papayazo”.
PUBLICIDAD

Este mes inicia la cosecha de café que se extenderá hasta junio y con unos precios como los actuales vale la pena hacer todo el esfuerzo para maximizar los beneficios de ser una de las primeras regiones productoras del grano: el Tolima es el tercer productor de café del país; Ibagué es el tercer productor del departamento, después de Planadas y Ataco.

Cuando digo buenos precios es porque en marzo la carga de café alcanzó a pagarse a los productores a mas de 1 millón trescientos mil pesos, el doble de lo que se pagaba hace un año. Menor oferta de otros países y la apreciación del dólar frente al peso colombiano (nuestro café se cotiza en la bolsa de Nueva York) son las causas de la dicha.

De acuerdo con cifras de “Tolima Cafetero”, el Tolima produce mas de 530 mil cargas de café en 38 municipios. Ibagué tiene alrededor de 9 mil hectáreas sembradas que sirven de sustento a 5 mil familias rurales.

A pesar que el promedio en la capital del Tolima es apenas 1.8 hectáreas sembradas por finca, si un campesino logra recoger y vender toda la cosecha podría calcular un ingreso alrededor de los 30 millones de pesos, una maravilla que se convierte en un gran alivio no solo para los productores sino también para la economía de la región.

Sin embargo no todo es color de rosa. En épocas normales los campesinos productores se las arreglan para recolectarlo y venderlo (seco o verde), pero ahora que el Coronavirus tiene a todo el mundo guardado en sus casas la cosa es a otro precio: todo un desafío, sentenció Roberto Vélez, Presidente de la Federación Nacional.

Es por esto que se requiere la máxima articulación entre el Gobernador del Tolima, los alcaldes de los municipios productores, el Comité Departamental de Cafeteros, las cooperativas municipales y asociaciones, con el fin de coordinar acciones que esquiven las amenazas que se ciernen sobre esta cosecha. Lo primero es garantizar la suficiente disponibilidad de recolectores: valdría la pena convocar a que trabajadores informales que están parados en la ciudad vayan a componer el ejército de recolectores que se necesita en las distintas veredas.

Habrá trabajo para unos 19 mil recolectores en todo el Tolima, además de otros miles para desarrollar actividades asociadas. Lo otro es disponer contingentes especiales de profesionales de la salud para que se trasladen a las zonas cafeteras para realizar controles sanitarios y brindar información y acompañamiento para evitar la eventual propagación del virus. Los trabajadores duermen y se alimentan en las fincas, habrá aglomeraciones.

También es muy importante mantener en buen estado las vías terciarias y preparar la atención de emergencias viales que se presentan en este tiempo por el incremento de las lluvias. Así mismo, facilitar el acceso de la carga a los cascos urbanos para su comercialización, que el pico y cédula y el pico y placa no se conviertan en un problema para la logística requerida.

El agro vuelve a sacar la cara en tiempos difíciles para la economía, como ha sido siempre. Hay que ser eficaces para evitar que el Covid-19 nos agüe la fiesta cafetera.

CÉSAR PICÓN

Comentarios