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De cualquier forma lo que buscan es sacarla adelante porque de ahí depende el discurso populista que venderán para tratar de conservar el poder en 2022. Si logran aprobar la Reforma recorrerán el país diciendo que gracias al uribismo los estudiantes de estratos bajos tienen educación gratuita y que los mas pobres pudieron recibir el (miserable) “ingreso solidario”. Son expertos en la estrategia de manipulación de masas.
Ni la propuesta original presentada por el Gobierno ni la “contra propuesta” que presentó el sábado el Centro Democrático queriendo aparentar compasión con la clase media, responden a la necesidad de una reforma estructural, progresiva y justa. La del Gobierno es ofensiva con las personas naturales, la del partido de Uribe reparte las ofensas entre estas y las empresas: le sigue metiendo la mano al bolsillo a los trabajadores subiéndole la tarifa a los que actualmente pagan, y las empresas (la mayoría quebradas por la pandemia) tendrían que pagar mayor impuesto de renta.
De manera que lo único que podemos hacer es llenar las calles para demostrar la indignación y rechazo a la forma como el uribismo pretende sentenciar a las familias trabajadoras colombianas al pago de más tributos, mientras los recursos se invierten en aviones de guerra, fumigaciones con glifosato, programas de televisión que nadie ve y el pago de una desbordada burocracia. De paso recordarles que no nos hemos olvidado de como engañaron al pueblo colombiano con argucias como la de “menos impuestos y más salarios” o la promesa rota de no permitir el fracking en el país. Señalarles que pretender volver trizas la paz para mantener el discurso de guerra y odio solo ha contribuido al escalamiento de la violencia y el terror, las masacres, el asesinato de líderes sociales y firmantes de la paz y nuevos desplazamientos.
A pesar que César Gaviria y Germán Vargas Lleras, líderes de dos partidos clave para inclinar la balanza en el Congreso, ya anunciaron su rechazo a la nefasta iniciativa del Gobierno, no se sabe si logren mantener compactos a sus congresistas para que la voten negativamente. La mermelada puede hacer de las suyas.
Los ciudadanos no podemos permitir que el Uribismo y los partidos políticos jueguen al póker con los ingresos de la clase trabajadora a fin de ganar la partida en las elecciones venideras. Mostrarles en las calles una ciudadanía vigorosa, dispuesta a mantenerse en pie de lucha para defenderse del ultraje y la opresión, seguramente los hará pensar mas de una vez la decisión que vayan a tomar.
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