Disrupción literaria en acción
Hace ya casi una década, durante un viaje mochilero por la Costa Este de los Estados Unidos, tuve la osadía de colarme sin invitación en el despacho del profesor Duncan Kennedy en la Universidad de Harvard, una de las cabezas más visibles de los aclamados Critical Legal Studies. Esta revolucionaria escuela de pensamiento jurídico que surgió en las facultades norteamericanas hacia los años 70 sacudió los cimientos de la filosofía del derecho, hasta entonces de una estricta rigidez interpretativa y una clara influencia europea, propugnando una visión mucho más realista y menos romántica sobre la idealizada imparcialidad de la justicia. Una polémica propuesta ideológica que se resumía en que, esencialmente, daba igual lo que estuviera escrito en la Ley, pues en últimas los jueces terminarían fallando guiados por lo que hubiesen comido en el desayuno.