Del dicho al hecho

El gran problema de las regiones en Colombia es que tienen demasiados problemas por resolver, muchos sueños por realizar y muchos anhelos por cumplir.

Ahora cuando los elegidos en las pasadas elecciones tratan de confeccionar sus nóminas de colaboradores inmediatos, para poner en práctica sus programas de gobierno, nos asalta como ciudadanos la pregunta de siempre: ¿Podrán cumplir las promesas de campaña con los recursos disponibles?

La respuesta con toda seguridad es no; pero si es posible estructurar proyectos y venderlos a las entidades inversionistas con una acertada capacidad de gestión, seguramente se podrá avanzar mucho.


El gran problema de las regiones en Colombia es que tienen demasiados problemas por resolver, muchos sueños por realizar y muchos anhelos por cumplir, pero les ha hecho falta una acción metódica que lleve a avanzar en esos propósitos. Se dedican por lo general a reclamar con vehemencia todo tipo de soluciones, pero no se hace un trabajo estratégico que permita alcanzar objetivos de corto, mediano y largo plazos.


En lo primero que hay que invertir el tiempo es en trabajar intensamente con equipos muy bien estructurados, con la suficiente capacidad técnica para confeccionar planes que permitan señalar viabilidades. Una vez eso se tenga, es necesario orquestar todo un plan de oferta de los proyectos, que permita interesar a los organismos de otras instancias gubernamentales para que aporten a las iniciativas y, con ello, lograr interesar a los ciudadanos para que de buena manera paguen sus impuestos oportunamente.


Junto a ello es necesario echarle mano a tributos como la valorización, a las utilidades de las empresas en donde tienen intereses, a mecanismos como la racionalización del gasto y a opciones como las de la banca oficial, la banca comercial y la banca multilateral. Si los proyectos cuentan con todos los soportes técnicos, el recurso del crédito es una opción muy válida para lograr su financiación.


Sorprende que en el análisis de la revista Dinero sobre Bogotá, se haya hecho ya el cálculo de que las propuestas del alcalde Petro requieren recursos adicionales por ocho billones de pesos y el ejercicio debe estar enfocado a descubrir dónde puede estar la plata para materializarlas.


En ese sentido deben estar los mandatarios del resto del país, cuantificando lo que vale su oferta electoral, para saber con qué recursos cuentan y de dónde van a sacar la plata que hace falta.


No se les debe olvidar a los nuevos gobernantes que existe una bolsa muy abultada representada en los recursos de las regalías y que, de acuerdo con la nueva ley, va a estar destinada a la inversión en proyectos ya definidos y soportados en los respectivos estudios de viabilidad.

Credito
EDUARDO DURÁN GÓMEZ

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