La educación en sala de espera

Seguimos dando vueltas y revueltas en el tema educativo y todavía no se sabe a ciencia cierta qué es lo que realmente se quiere hacer al respecto.

Seguimos dando vueltas y revueltas en el tema educativo y todavía no se sabe a ciencia cierta qué es lo que realmente se quiere hacer al respecto. 

El señor Andrés Oppenheimer, nos puso a pensar estos días sobre la triste realidad que vivimos, cuando una reforma que pretendió el Gobierno fracasó hace ya casi dos años y no se nos ha dicho a cambio cuál es el camino que se va a seguir: si el de una nueva reforma, si el de reestructurar lo que hay o si el de continuar con atávicos procedimientos que no han dado los frutos esperados. 

Oppenheimer dice que “Estamos hablando de cualquier cosa, menos de lo único que va a sacar a los países de la mediocridad” y tiene razón, pues el factor educación resulta ser absolutamente indispensable a la hora de tratar de impulsar el desarrollo y la calidad de vida de los habitantes. 

Colombia requiere impulsar dos factores fundamentales: cobertura y calidad de la educación. Sobre el primero, es necesario ampliar los beneficios de la educación a nivel secundaria y a nivel tecnológico y superior. Este último pasa por una etapa amarga, pues a pesar del bajo cubrimiento, que no llega al 50%, se calcula que casi la mitad de los estudiantes están desertando de las universidades, principalmente por falta de recursos económicos para poderse sostener. 

Pero el factor de calidad preocupa, pues no tienen claro, ni los directivos, ni los docentes, cuales son los parámetros que deben aplicar para lograr que los estudiantes se sostengan con niveles aceptables de aprendizaje que los hagan parecerse a los de los países más avanzados. Es claro que no existe un compromiso entre los docentes para contribuir en este proceso, que debe representar la aplicación de técnicas de acompañamiento al estudiante, para incentivarlo a cumplir con estándares de calidad que respondan a lo que realmente se requiere, para que estén en condiciones de abordar un mundo competitivo y exigente. 

En este tema lo primero que hay que hacer es identificar los niveles de calidad de los países más avanzados, para poder tener conciencia del margen de atraso que tenemos, de tal manera que sea posible poner en práctica los ingredientes que carecemos y que debemos tener si no queremos seguir en el rezago que experimentamos. 

Es hora de dejar la política de paños de agua tibia y pasar a abordar el tema con decisiones audaces, en donde la inversión sea un componente insustituible para el logro de los resultados que se requieren. 

Credito
EDUARDO DURÁN GÓMEZ

Comentarios