La alegría del fútbol

Resulta increíble observar la alta dosis de entusiasmo que estamos experimentando todos los colombianos con el resultado de la Selección Colombia en Brasil.

Nuestro nacionalismo llega a las más altas temperaturas y aficionados y legos llegamos todos al éxtasis cada vez que se juega un partido, y todos nos confundimos en medio de la alegría que se desborda y que a veces llega a momentos de incontrolable entusiasmo en donde aparece la agresión como forma de comunicación de esa extraña felicidad.

El señor Pékerman y sus jugadores nos están brindando una lección de lo que significa el trabajo metódico, contante y persistente para alcanzar objetivos. Los colombianos solemos vivir de ilusiones que se desvanecen rápidamente, porque no obedecen a la capacidad real para obtener metas ambiciosas. Creemos erróneamente que basta el añorar un resultado y el golpe contundente viene cuando comprobamos que no se desplegaron los esfuerzos para alcanzarlo.

Pékerman ha trabajado con un método exitoso y lo ha sabido imponer: ha educado a sus jugadores para que primero trabajen su capacidad, para que superen las condiciones de sus émulos y para que se impongan con elementos contundentes en los resultados.

Los colombianos tenemos que aprender mucho de lo que ha sido esta experiencia Pékerman y entender de una vez por todas que las cosas no llegan solas, ni con resultados aislados, ni con esfuerzos puramente individuales, sino con el máximo de la capacidad de cada quien, integrada a un trabajo de grupo en donde cada individuo sabe su papel y sabe también cuál es su interacción con los demás integrantes del equipo al que pertenece.

Fíjense ustedes, en el caso de la Selección Colombia ha faltado su figura principal, Falcao, por el accidente imprevisto que tuvo y el resto del grupo ha estado en condición de reaccionar positivamente y de hacer notar que la ausencia de una figura no altera el trabajo del conjunto, porque todos han sido educados y entrenados para ser ganadores y para responder a unos objetivos muy claros.

La Selección nos está haciendo pasar por un momento increíble de emoción y de alegría y más que cantar una victoria, nos debe motivar a una reflexión individual y colectiva sobre lo distinto que seríamos si pensáramos como están pensando ahora los héroes de Colombia que cosechan los triunfos del Mundial de Fútbol en Brasil.

El arte de triunfar nos lo está enseñando el fútbol colombiano y cada uno de los integrantes del equipo es hoy un maestro, del cual tenemos mucho que aprender.

Credito
EDUARDO DURÁN GÓMEZ

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