El yugo clientelista

El principal reto que afrontará la propuesta es evitar que sea sofocada por quienes encuentran en el actual modelo electoral la mejor forma de preservar su poder político, aislados del ciudadano, que no rinden cuentas y alimentan maquinarias a punta de clientelismo y favores.

El senador John Sudarsky (Partido Verde) presentó una propuesta de reforma al sistema electoral colombiano que consiste en la introducción del llamado sistema mixto. Esta modalidad combina el régimen proporcional con la creación de distritos uninominales. Según la propuesta, tales distritos corresponderían a una división territorial dentro de cada departamento. En cada distrito los partidos o movimientos políticos presentarán un único candidato y el que resulte vencedor será el elegido. El tamaño del distrito para la elección de los Representantes a la Cámara sería de 410 mil personas y para el Senado 820 mil.

El principal reto que afrontará la propuesta es evitar que sea sofocada por quienes encuentran en el actual modelo electoral la mejor forma de preservar su poder político, aislados del ciudadano, que no rinden cuentas y alimentan maquinarias a punta de clientelismo y favores. El modelo mixto sugerido amplía las posibilidades de éxito de partidos pequeños y especialmente de movimientos ciudadanos que con frecuencia constituyen formas de renovación de las costumbres políticas.

Sería una mejora en la representatividad que además trae incentivos para el fortalecimiento y democratización de la institución partidista. El esquema sugerido limita a que haya un único candidato por partido en cada distrito. En estas condiciones los partidos no tienen ningún criterio válido, distinto al resultado de unas elecciones internas, para proceder a la entrega del aval. No obstante, es evidente que los políticos avezados y los gamonales de siempre tratarán de adaptarse promoviendo consultas internas que sean más una competencia entre dos o más estructuras clientelares dentro de un mismo partido o movimiento, que una verdadera elección. En consecuencia, la propuesta debería complementarse con la definición de los mecanismos para garantizar consultas periódicas, libres y competitivas.

No obstante lo anterior, se presenta un efecto equívoco, que es la necesidad de preservar un pluripartidismo relativamente amplio para evitar la captura del distrito uninominal por parte de un partido o de un líder regional. El pluripartidismo es un ingrediente que genera mayores costos de transacción a cualquier negociación política y las hace prohibitivas. El mayor desafío será el diseño específico para evitar usos estratégicos de las normas jurídicas.

La magnitud de esta empresa requiere de que se socialice y desde ya considerar que una modificación como esta puede requerir del respaldo popular a través de un referendo, para superar la barrera del político tradicional y para disipar el riesgo de una sentencia de constitucionalidad que considere estos cambios como un intento de sustitución de la Constitución.

* Senador

Credito
JUAN MANUEL GALÁN *

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