Solo recuerdos

Durmieron bajo una ceiba. Los despertó el ruido de la pólvora y la banda que anunciaban el desayuno tolimense con el cual se iniciaba la celebración de la Navidad. Uno de los asistentes les pasó parte de un tamal y una dama les regaló uno todavía con el moño.

1.- Durmieron bajo una ceiba. Los despertó el ruido de la pólvora y la banda que anunciaban el desayuno tolimense con el cual se iniciaba la celebración de la Navidad. Uno de los asistentes les pasó parte de un tamal y una dama les regaló uno todavía con el moño. Desayuno y almuerzo, pensó Juan Pablo como cabeza de familia a sus diez años, una familia que quedó reducida a sus hermanitas de seis y ocho años y él. Con los pesos donados por unos taxistas compró dos muñecas en una cacharrería para el regalo del Niño Dios de sus hermanitas. Estaban con hambre, sin techo, pero con aguinaldos. Por los menos, así fuera por ratos, dejaban de recordar y llorar la suerte de sus taitas y su hermano mayor.

2.-Durante la diligencia de levantamiento de cadáveres del asalto del 23 de diciembre los participantes observaban sorprendidos como una niña con síndrome de Down, llevando un gatico en sus brazos, se agachaba a besar las caras de sus padres y hermanos y luego pasaba a las piezas a mirar debajo de las almohadas y después esculcaba todo. Después de un rato uno de los funcionarios con deseo de prestarle colaboración le preguntó por lo que buscaba. Ella le respondió, acariciando su gatico: el regalo del Niño Dios.

3.-Dos amigos preocupados por ver al viejo Pacho tomando y llorando en una tienda se arrimaron a hacerle compañía. ¿Qué le pasa Pachito? Estoy vuelto mierda de la tristeza porque no tengo los aguinaldos para los hijos. Diga lo que necesita que a eso vinímos. Tres ramos de flores. De inmediato Caney viejo prendió el carro y a los pocos minutos regresó con los ramos. Ordene Pachito! Lo acompañaron al cementerio a dejar los ramos sobre igual número de tumbas pronunciando una oración en cada una de ellas. Caminaron hacia la puerta del cementerio, se abrazaron y llorando escucharon a Pachito: eso me dejó la violencia.

4.-Murreco fue el personaje más importante de Santa Chava y la única persona que luciendo camisa roja y rabo e' gallo podía recorrer la calle principal madreando la godarria, recibiendo aguardiente y aplausos. Un 24 de diciembre por la tarde José Jesús lo invitó al Café Nutibara, el de Nicéforo Espitia. Se sentaron, le ofreció un aguardiente doble y le entregó una ruana nueva. Este es su aguinaldo Arturito. Murreco levantó la copa y mirándolo con una sonrisa picarona le dijo: es lo único que le recibo a un hijueputa godo.

5.-Cuando el mudo Mayayo, el herrador del pueblo, recibió de aguinaldo una camisa y un delantal tapa-pinche de cuero, abrazó a los donantes y de la emoción solo les gritaba: paputas! Paputas!

6.- Se turnaron la montada en el burrito enjalmado, como lo hacían cuando estaban en clase. Dos horas de la casa a la escuela para venir por los regalos del Niño Dios, entre los que se incluyó una caja con un paquete de salvado y un poco de caña picada. Los recibieron con demostraciones de agradecimiento y alegría, y lo primero que hicieron antes de destapar los regalos fue darle de comer al burrito.
7.-Varias maestras de escuelas rurales de Dolores y Alpujarra sacrificaron varios días de vacaciones para repartir a sus alumnos los quinientos regalos de navidad obtenidos en una rifa de obras de arte organizada por la Cafetería Café Pues (Edificio Escorial) hace par de años. Todo para disfrutar la satisfacción y la inmensa alegría que producen la sonrisa de una niña o de un niño.

Credito
HECTOR GALEANO ARBELÁEZ

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