“Un pueblo que acepta pasivamente la corrupción y los corruptos no merece libertad. Merece la esclavitud. Un país cuyas leyes son indulgentes y benefician a los bandidos no tiene vocación de libertad. Su gente es esclava por naturaleza. Un pueblo cuyas instituciones, públicas y privadas, están en gran parte corrompidas, no tiene futuro. Solo pasa. Una nación, donde la sociedad civil supuestamente organizada no mueve una paja si no hay posibilidad de ganancias, no es capaz de legar nada a sus hijos, excepto días oscuros. Una patria, donde recibir dinero malo a cualquier título es algo normal, no es patria, porque en ese lugar no hay patriotismo, solo intereses y apariencias. Un país donde los pocos que se esfuerzan por hacer prevalecer los valores morales, como la honestidad, la ética, el honor, son asfixiados y masacrados, ya cayó al abismo hace mucho tiempo. Una sociedad donde muchos hombres y mujeres se conforman con distracciones sórdidas, en un trance profundo, no merece existir. Solo tengo piedad de esas valientes personas que se rebelan ante este estado de cosas. Para aquellos que consideran normal esta calamidad no tengo sentimientos.¡ Qué peligroso es liberar a un pueblo que prefiere la esclavitud!!.”
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El texto transcrito y que fuera escrito hace más de cinco siglos, por el escritor italiano, filósofo y politólogo, Nicolas Maquiavelo, parece escrito hoy, frente a nuestra realidad y nos muestra cómo el tema de la corrupción ha gravitado a lo largo de la historia de la humanidad y a pesar de tantos descubrimientos y avances a todos los niveles, el hombre no ha sido capaz de sacudirse definitivamente de ese lastre y no se sacudirá jamás mientras el dinero y el consumo sean el dios del mundo.
*Buen trabajo vine desarrollando el candidato a la alcaldía de Ibagué Renzo García desde la Asamblea Departamental., que acaba de aprobar su ponencia para la Ordenanza, mediante la cual autoriza a la Gobernación para ceder un inmueble con destino a la Dirección Ejecutiva de Administración de Justicia, donde se construirá la Ciudadela Judicial en Ibagué con despachos dotados de tecnología y todos los recursos necesarios para una recta y oportuna administración de justicia.
De igual manera se destaca su trabajo de control político orientado a buscar una respuesta oportuna del Estado frente al deterioro de la salud mental de los tolimenses, tal como lo demuestran los altos índices de suicidio.
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