La Marcha no da espera

Un anhelo en el que coinciden todos los pueblos del mundo es el de no estar sometidos a ninguna potencia extranjera.

Claro que hay un anhelo mayor y es el de sus sectores más esclarecidos y progresistas de llegar a ese estadio supremo del desarrollo social en el que, habiéndose superado las fronteras de toda separación nacional y extinguido el Estado, “la tierra será el paraíso bello de la humanidad”.

Que las expectativas presentes no dan para tanto es cosa clara para muchos, como lo es que a lo sumo que podemos aspirar es a realizar ese sueño patriótico, aunque intermedio, de conquistar la independencia que ya antes le habíamos arrebatado a España y que de inmediato perdimos a manos de Estados Unidos gracias a nuestras oligarquías.


Pero bueno, en  esas andamos y, por fortuna, cada vez son más los que se suman a la lucha por esa realización tan apremiante. La Marcha Patriótica por la Segunda y Definitiva Independencia es una prueba de ello. La Marcha Patriótica es una gran coalición de organizaciones sociales y políticas que han resuelto encarar con sentido unitario la segunda versión de la frustrada gesta independentista del siglo XIX, además de importantes transformaciones que contribuyan a hacer de nuestro país el mejor vividero para todos sus hijos.


En la Marcha Patriótica tienen cabida quienes comulgan con la instauración de un nuevo poder, libre del sometimiento a la dominación extranjera y que garantice reformas estructurales  que, en lugar del capital, pongan al hombre en el centro de sus preocupaciones. En la Marcha Patriótica caben quienes, estando o habiendo estado en otros procesos de unidad, entiendan la conveniencia de reforzar esa experiencia con nuevas iniciativas unitarias; pero también quienes habiendo sido reacios a ellas, vean hoy encarnado en la Marcha el ejemplo que ofrecen otros pueblos del mundo, y entre ellos, de manera destacada, los hermanos latinoamericanos.


La Marcha Patriótica nada tiene que ver con el poder establecido. Por el contrario, su fortaleza depende de las organizaciones políticas y sociales que la componen y de aquellas otras que se le vayan vinculando, pues solo en la ciudadanía, pero muy especialmente en la que hace parte de las organizaciones sociales y movimientos políticos, está la fuerza que hará posible la realización de su plataforma de transformaciones. Por eso, la forma más alta de organización de la Marcha Patriótica está en  su Cabildo Abierto Nacional y Permanente y por eso llama a superar la dispersión social de las regiones constituyendo los Cabildos Abiertos Departamentales, Municipales y Locales. Contribuir a esta tarea debe ser el compromiso de todos los amigos de la segunda independencia.    

Credito
RODRIGO LÓPEZ OVIEDO

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