Economía para la vida II

Óscar Barreto Quiroga

Expertos en la materia han dicho que es inminente la afectación de diferentes sectores productivos del país, especialmente actividades de transporte de pasajeros, turismo, comercio y servicios, así como muchas otras que en su conjunto generan empleo en sus cadenas de valor.
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No quiero permanecer en la esfera del diagnóstico, de por sí tenemos a la fecha cantidad de análisis y estudios suficientes que se constituyen como una base para la toma de decisiones en torno a la reactivación económica, se proyectan planes y programas de ayuda, procesos estratégicos en alianza con gremios, capacitaciones virtuales, líneas de crédito y muchas más acciones; sin embargo, muchas de estas apuestas van dirigidas a los sectores formales, y entonces ¿adónde quedan los trabajadores informales?, ¿adónde quedan los de la base que no tienen acceso a líneas de crédito?, ¿adónde quedan ubicados los del día a día?, esos que por ser informales o pequeños microempresarios, no cuentan ni con el conocimiento, ni con las herramientas tecnológicas para acceder a tan especializados procesos.

Ruego que todo este paquete o conjunto de ayudas, se de en el mayor corto plazo posible ya que la necesidad y el hambre no dan espera. No estamos ni para discursos ni para clases magistrales sobre reactivación económica, se deben atender los temas ya, las necesidades no dan más espera.

El Gobierno nacional ya ha dado la pauta sobre la implementación de protocolos de bioseguridad y de cierta manera ha entregado a los alcaldes de ciudades capitales y municipios, la potestad para actuar de acuerdo a la gradualidad que consideren; en este momento los alcaldes se convierten en los “Gerentes de la Reactivación”, de esa manera surge un nuevo verbo rector, como lo es la palabra Reactivar, donde la fórmula de este proceso radica en acelerar al máximo los procesos con total control, responsabilidad y vigilancia jurídica para no cometer errores, junto con la idea de pensar y apoyar a los micro, pequeños, medianos y grandes empresarios; para impactar a todos aquellos actores que dinamizan la economía, el vendedor informal o el trabajador independiente con sus ganancias diarias también activan la economía formal, ese actor es el principal eslabón de la economía, ya que ese mismo es el que compra en almacenes de cadena, monta en buseta, va a la droguería, al supermercado y además tiene una cuenta bancaria en una entidad financiera.

Respeto y apoyo la empresa formal, como empresario y hombre que he estado en lo público, entiendo como el sistema económico y tributario, necesita recursos para desarrollar planes y programas de inversión, pero también como ser humano entiendo las grandes necesidades económicas y sociales, que deben ser tenidas como el principal punto de atención en estos tiempos de crisis.

Ruego a los mandatarios del Tolima, a los directores de entidades del estado, directores gremiales y del sector productivo, representantes del sector educativo y demás actores que pisen el acelerador de la inversión, de las ayudas, y de todas estrategias o líneas de reactivación que se han propuesto. Optar por lo menos complejo y sí por lo más práctico, dar los permisos necesarios en tiempo récord a los empresarios de sectores ya autorizados, que cumplan con los protocolos y trabajar día y noche de manera incansable, es una formula fácil pero contundente para afrontar esta crisis.

ÓSCAR BARRETO QUIROGA

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