El regreso de la política

Se puede mirar el vaso medio lleno o medio vacío.

Prefiero siempre lo primero. Existen signos en el firmamento que me hacen pensar que el mundo podría entrar en una era de paz y concordia. A comienzos de este año la mayoría de los analistas internacionales coincidían en que si para diciembre no había una solución diplomática respecto al manejo de la energía nuclear en Irán se impondrían las acciones militares y que EE.UU. y/o Israel arremetería militarmente contra ese país. No ha sido así, por fortuna, lo que demuestran que cuando hay voluntad política son posibles los acuerdos. 

Esta semana Irán logró una victoria, defendió hasta el límite de lo imposible su derecho a un programa de energía nuclear, frente a las aprensiones de EE.UU., la Unión Europea, Israel, Turquía, Arabia Saudí y casi todos los árabes. Para ello debió enfrentar sanciones económicas que llevaron su población a situaciones de penuria. Desde que EE.UU., la UE y Japón dejaron de importar petróleo iraní (en julio de 2012) Irán vio caer sus ingresos por exportaciones de crudo en un 70 por ciento, su moneda se desplomó y la inflación superó el 50 por ciento anual. Pero este país, con dignidad, no renunció a enriquecer uranio para la producción de energía y la fabricación de medicamentos, y al final ha habido un pacto que sienta las bases para que antes de un año se llegue a un acuerdo definitivo. Es una victoria de la diplomacia, de la política, y ello explica el alborozo de los cancilleres que participaron en las negociaciones, los ministros de exteriores de Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Francia, Alemania y la representante de la Unión Europea. Se evitó una nueva guerra al mundo.

Sin duda Rusia y China jugaron un papel fundamental, eso hay que reconocerlo. Pero sería injusto no reconocer también el papel de Barack Obama y su secretario de Estado John Kerry, quienes ahora tendrán que defender el acuerdo en Washington y enfrentar una dura oposición de la extrema derecha que existe en los dos partidos, fuertemente permeados por los lobby judío y árabe. El senador John McCain, ha calificado la política exterior de Obama como la peor que ha conocido en toda su vida.

Para los amigos de la guerra, para quienes piensan que sólo las bombas, los misiles y los drones son la solución este acuerdo es una derrota. Hubieran preferido una solución tipo Irak y Afganistán, al mejor estilo Bush. Creo que el presidente Obama ha comenzado a honrar las expectativas globales en torno a él y que le valieron un premio Nobel de paz. Como presidente de EE.UU. es el líder con más poder de todo el planeta y por ello se espera que actúe con prudencia y moderación. No tiene las cosas fáciles en el campo interno. La derecha israelí se considera traicionada y con seguridad se lo harán saber. Pero este acuerdo histórico tiene un efecto colateral muy importante, permite que se termine la satanización de Irán, que este país salga del ´eje del mal´ en donde lo dejaron George W. Bush y un grupo de lunáticos de diferentes nacionalidades, incluida la iraní. Se ha cerrado un capítulo que se abrió en noviembre de 1979 con la toma de los rehenes en Teherán.

Todo parece indicar que la política está de regreso. Alabado sea el señor. Ahora sería deseable que EE.UU. se involucrara más activamente en la búsqueda de la paz en Colombia y que así lo planteara el presidente Juan Manuel Santos en su visita oficial a Washington esta semana. La situación en Oriente Medio es mucho más compleja que la iraní, si allá se pudo, no veo por qué aquí no.

Credito
GUILLERMO PÉREZ FLÓREZ

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