Adolescentes privados de la libertad_ no de futuro

Homicidio, hurto agravado y acceso carnal violento, entre otros; son hechos punibles que hacen que cada día mas adolescentes en edades de 14 a 18 años, entren a ser investigados y juzgados por el sistema de responsabilidad penal para adolescentes en el departamento del Tolima;

un modelo que entro en vigencia en 2009, y que esta concebido como el conjunto de normas, procedimientos e instituciones que toman medidas especiales para que los adolescentes infractores de la ley penal se responsabilicen de las acciones cometidas, corrijan las faltas, se rehabiliten y socialicen; teniendo como premisa fundamental el respeto y la garantía total de los derechos consagrados en el código de la infancia y la adolescencia.

Este sistema contempla como medida mas drástica la privación de la libertad; disposición que debe llevarse a cabo en instalaciones separadas de los adultos, y adecuadas en términos de infraestructura y dotación, así como equipadas de los elementos necesarios para permitir que en su interior se produzcan verdaderos procesos de rehabilitación; en donde quienes cometieron los delitos, puedan cambiar su forma de pensar, sentir y actuar; y además adquieran conocimientos
académicos, destrezas y formación para el trabajo, de manera que al recuperar la libertad sean capaces de convivir en sociedad y generar ingresos en forma decorosa.

Sin embargo, es oportuno poner en duda que hoy en día se este logrando este justo propósito.
En Ibagué, esta ubicado el tradicional Instituto Politécnico Luis A. Rengifo - IPLAR, comúnmente llamado la “correccional de menores”; este es el sitio dispuesto para la privación de la libertad de los adolescentes que en el Tolima contravienen la ley penal; lo preocupante, es que sus instalaciones son un templo a la indignidad del ser humano; el hacinamiento, las condiciones deplorables de baños, habitaciones, comedores, y los mismos sitios para hacer deporte, producen los sentimientos mas desoladores. Además, la falta de dotación de herramientas, equipos y materias primas para los talleres de formación, minan la posibilidad de adquirir capacidades productivas para lograr un verdadero proceso de evolución de estos púberes.

Sumado a esto, hace poco finalizo la primera fase de lo que será el reemplazo del IPLAR; el Centro de Atención Especializada – CAE, que estará ubicado en el corregimiento 13 de Ibagué; este proyecto, que desde sus inicios ha registrado problemas de tipo jurídico y de diseño, ahora enfrenta una fuerte oposición por parte de lideres comunitarios locales, que argumentan que además de no haber sido concertado previamente con los habitantes de la región; este va en
contravía de la vocación turística del sector. Para completar, se estima que este proyecto no será una solución definitiva, ya que aun cuando se hayan terminado las 3 fases previstas para la construcción del CAE, es posible que no tenga la capacidad para albergar el numero promedio de adolescentes infractores privados de la libertad que cada día va en ascenso.


La alarma esta prendida; las medidas a tomar deben ser oportunas y contundentes; de tal suerte, que se generen las condiciones propicias para una rehabilitación integral, que permita quitarle estos adolescentes de las garras de la delincuencia, la drogadicción y la maldad; y así demostrar, que una privación temprana de la libertad, no significa la condena a una vida sin futuro, sino que por el contrario puede ser la oportunidad de reparación, reconciliación y esperanza de aquellos que apenas empiezan a vivir.

Credito
CÉSAR PICÓN

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