Óptica periodística: Leono y Antonio Melo: guerreros

Para las nuevas generaciones y para aquellos que en su infancia no pudieron disfrutar de una excelente serie animada llamada los Thunder cats, quiero decirles que se perdieron de algo extraordinario.

Un gato espacial con características humanas que luchaba contra las injusticas, combatía el crimen, defendía lo que creía desde el fondo de su corazón era lo correcto sin importar si debía dar esa lucha solo en compañía de Tigro, Chitara y sus demás compañeros, amparado solo en la espada del Augurio, de la cual se valía para poder discernir y encontrar la verdad, el camino o la solución a alguna problemática o hecho noticioso, incluso confiando  poco - muchas veces- en lo que sus sentidos o los demás le dijeran de esa situación por resolver.

“Espada del Augurio, quiero ver más allá de lo evidente”, se repetía una y otra vez Leono. Pues esa misma era la frase que en la actividad periodística, creo yo, sirvió de norte y guía a Antonio Melo Salazar en sus 20 años al frente del diario de los tolimenses EL NUEVO DÍA. Además, era su frase respuesta cuando se le elevaba una consulta o una información parecía incompleta o no tenía sentido lo investigado.


Me parece estarlo viendo con su mano derecha tomándose la mandíbula y apretándose la barba antes de soltar el consejo oportuno o cuando definitivamente algo no le gustaba.


Puede que mucha gente haya conocido a lo largo de estos 20 años al maestro del periodismo por sus férreas posiciones, firme en las denuncias, poco social y poco sociable, adolorido por las injusticias o con su dedo y pluma en la llaga cuando se convencía que algo se podría haber hecho mejor. Pero quiero decirles que detrás del inmenso cuerpo de que mi Dios y la familia lo dotaron  lo que existe es un personaje sensible, metódico, estudioso,  un guerrero por excelencia como el Leono; tal vez por ello se hizo acompañar durante tantos años de la replica del jefe de los Thunder Cats en su despacho para poderlo utilizar con quienes pedíamos su opinión y con quienes allí querían discutir algo con él. Como el personaje televisivo, el doctor Melo no tenía términos medios.


Leono se retiró con la satisfacción del deber cumplido cuando sintió que Munra – el personaje antagónico de la serie- estaba debilitado; don Antonio Melo, estoy seguro, lo hace con la preocupación de sentir que todavía falta algo por hacer, que alguna tarea quedó pendiente, pero con el enorme orgullo de haber contribuido a mejorar las costumbres políticas y periodísticas del Tolima. Dejando muy alto el nombre de EL NUEVO DÍA, en un capítulo importante de la historia de esta región.


Muchas gracias por todo y buen viento y buena mar.

Credito
NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ - GERSAN-

Comentarios