Pobre balance de congresistas

Nelson Germán Sánchez

Por estos días de cierre de año y de bienvenida al Año Nuevo, acostumbramos hacer balances de los objetivos logrados, los pendientes, los que quedaron a la mitad y de los nuevos propósitos por desarrollar. Así como hacemos los propios, también podemos hacer aquellos colectivos y analizar la actuación de quienes tuvieron nuestra representatividad o voto de confianza para estar en las más altas dignidades del Estado a través de la elección popular.

Hoy me referiré a lo que escucho, veo, leo, analizo, me cuentan, de la gestión de nuestros parlamentarios, sobre todo de los nuevos, en estos cinco meses de gestión. No cabe duda ni se presta a discusión que en general el balance es pobre, más bien regular tirando a malo.

Pocos debates en profundidad, pocas propuestas públicas, poca presencia nacional mediática, escasita argumentación, et, etc, etc.. Con excepción del representante a la Cámara Miguel Ángel Barreto, a quien debo reconocer que conozco, pero no por ello me voy a explayar en elogios o exageraciones sobre su gestión, ninguno de nuestros otros voceros en el legislativo ni suena ni truena.

Bueno, hablar del doctor Santos, quien acabó de sentarse en la silla del Senado por obra del Espíritu Santo, el azar y los cálculos políticos del liberalismo para no ser arrollado por el Centro Democrático en Antioquia, no sería correcto porque apenas llega a la nómina.

De Barreto podemos decir que es una hormiga trabajando en temas puntuales de los municipios frente a los Ministerios, que mantiene una agenda legislativa juiciosa y que recorre el Departamento los fines de semana con líderes y actores locales.

En estos cinco meses es el único que ha propuesto debates y temas controversiales frente a la nueva realidad del país en el posconflicto y las necesidades de ciertos sectores de la sociedad. Que recuerde, la iniciativa de crear más batallones de ingenieros militares para que sean la nueva fuerza motora que impulse la infraestructura en las zonas rurales construyendo vías, puentes, colegios, puestos de salud, acueductos, entre otras cosas.

Dos, en lo relacionado con los subsidios y tarifas de gas domiciliario para beneficiar a todos los colombianos, pero en especial a las clases menos favorecidas; tres, lo hecho desde el Partido Conservador con la protección de los datos y el buen nombre de aquellas personas que tengan alguna problemática con el sistema financiero, para evitar que sigan teniendo dolores de cabeza allí.

Pero del bonachón de José Élver Hernández ‘Choco’, poco se sabe a estas alturas; de Jaime Yepes, tampoco, ni siquiera relacionado con los cupos indicativos; de Carlos Edward Osorio, nadita de temas ni en lo jurídico, ni siquiera de “animalitos” a la reforma a la justicia; Ángel Gaitán, gran señor y buen diputado en su momento, pareciera perdido en la maraña legislativa; Pierre García, nueva figura de vieja casa política, a más de la fallida revocatoria contra el alcalde Luis H. nada en lo nacional; y de la senadora Rosmery estamos esperando que se pronuncie sobre algo distinto a la Ley de Armero, que lleva más de cinco años comentando.

Ojalá el panorama cambie en 2015, que se sienta una bancada tolimense fuerte y vigorosa, que suenen, truenen, se muestren, inunden de proyectos y propuestas en beneficio de la región y el país desde su órbita, porque si a ellos les va bien al Tolima le va mejor. Claro, no es fácil visibilizarse en un Congreso con tigres como Álvaro Uribe, Horacio Serpa, Claudia López, Jorge Robledo, Antonio Navarro, o los consentidos de los medios como los niños Galán o Lara, pero hay que hacer la tarea. O será, como dice un amigo mío, que nos irán a sorprender y estén trabajando de la manito del presidente Santos y con un bajísimo perfil para las grandes transformaciones nacionales. Dios quiera que así sea.

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