Tal vez lo que cautiva en las obras de los cuatro pintores sea una secreta unidad que los iguala en los desacuerdos, en las diferencias de conceptos para abordar el arte y expresar su mundo o en la selección de unos colores que los identifique y al mismo tiempo los separe en sus particulares acercamientos.

Si algo ha de quedar para el futuro de la humanidad, de nuestra humanidad, es la historia. Y recordemos que historia es lo que está escrito. Lo otro es prehistoria, es oralidad, viento que pasa y borra y, en últimas, olvido.

El año pasado la Casa de Poesía Silva convocó un concurso para premiar a quien escribiera un poema que reprodujera el estilo de José Asunción Silva.

Primero fue el escultor Edmundo Faccini quien trasladó sus obras en madera al cielorraso de sus sueños y dejó huérfano de imágenes al Cañón del Combeima.

El libro “Cuentos del Tolima, antología crítica” (Bogotá: Sello Editorial Red Alma Mater, 2001), ganó Mención de Honor al “Mejor Libro de Mas de un Autor” en el Premio Internacional de Cuento para Libro Édito «Juan José Manauta», organizado en Paraná, Argentina.

Después de observar las obras presentadas en el salón Imagen Regional 7, en la siempre agradable sala de exposiciones del Banco de la República, es poco lo que queda en el espíritu, en el sentido de ensanchar en nuestro interior el horizonte de lo perdurable y de lo efímero.

El “Festival Folclórico Colombiano” y el “Deportes Tolima”, orgullos de la región, fueron consecuencia feliz de la lucha contra la Violencia. O, mejor, de las estrategias ciudadanas y gubernamentales para acabar con la violencia y buscar la paz, en la década sombría de los años cincuenta.

Galardonada con el Premio a la mejor Novela Europea del año 2010, “Purga”, de la escritora finlandesa Sofi Oksanen, es una excelente narración de los años de la guerra y de la postguerra y de la forma como Estonia logra su independencia para hoy ser miembro de la Unión Europea y de la Otan.

En estas últimas semanas se ha escrito y hablado mucho sobre la novela “La luz difícil”, del escritor colombiano Tomás González, tanto en publicaciones como en los círculos intelectuales y literarios del país.

Por más campañas que se hagan para que los colombianos compremos colombiano, para que se privilegie la producción nacional frente a las producciones extranjeras, no habrá equilibrio comercial en el futuro y vamos a perder todos. Será una pelea de toche con plátano maduro, como decían nuestros abuelos.