¡Celos académicos o algo más!

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El imaginario popular ubica a los académicos e investigadores en un sitial de respeto y reconocimiento, tal vez por el distanciamiento que estos, aparentemente, tienen frente al mundo vulgar y cotidiano y su entrega altruista al servicio de la humanidad, por eso resulta inexplicable para el común de la gente lo que ha estado ocurriendo en el país con dos reconocidos investigadores.

El cuadrilátero de este show lo han proporcionado los medios de comunicación. El punto de partida han sido algunas declaraciones dadas por el doctor Raúl Gonzalo Cuero Rengifo a El Tiempo. Cuero es un egresado de la Universidad del Valle; nacido en Buenaventura, quien dice contar con una gran producción investigativa en biología; haber trabajado en la NASA, ser titular de varias patentes y haber recibido la medalla de la orden Simón Bolívar como reconocimiento a su trabajo.

En la otra esquina: Rodrigo Bernal, exprofesor de la Universidad Nacional, retirado a estudiar palmas, como la de Cera del Quindío, nuestro árbol insignia. El Espectador lo contrató para que escribiera un artículo desmintiendo los logros de Cuero y lo publicó con un título bastante ofensivo “El dudoso ídolo de Cuero”. En este artículo dice entre otras cosas que: “Numerosos periodistas han escrito impresionantes panegíricos sobre este científico, sin el menor espíritu crítico y sin verificar fuentes, basados únicamente en la información suministrada por él mismo”.

Bernal refuta datos como el hecho de que el científico valluno no figura como funcionario de la NASA, también que muchos de los artículos anunciados no existen, además que el propio Cuero ha escrito dos especies de autobiografías, en las cuales da rienda suelta a su “ego desbordado”. Considera Bernal que su colega ha montado todo un aparato publicitario para autoelogiarse.

Lo que sacó de quicio al investigador Bernal fue la afirmación directa de Cuero, a la periodista María Isabel Rueda, en el sentido de que él aspira ganarse el Nobel. Bernal dice que este detonador lo llevó a iniciar otra investigación, esta vez la pesquisa estaba dirigida a encontrar las imprecisiones, errores y mentiras en la hoja de vida de este investigador. Cuero ha rectificado algunas informaciones, pero de todas maneras quedan grandes inquietudes.

Estos dos científicos colombianos han puesto en el centro de la discusión sus comportamientos y percepciones; han abandonado los laboratorios para caer en un show mediático y uno no sabe cuáles han sido sus verdaderas motivaciones, si la defensa del rigor científico, los resquemores de la envidia, racismo o el ego desbordado, o todas las anteriores.

Al fin de cuentas ellos han demostrado, contrariando el imaginario popular, que más allá de títulos y logros son seres humanos, con todas sus mezquindades.

Credito
LIBARDO VARGAS CELEMIN

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