Todos por la educación

A lo anterior se debe sumar, en el caso tolimense, un delicado aspecto reseñado recientemente en estas líneas: el enorme porcentaje de ciudadanos analfabetas que existen en el departamento, que alcanzan a más del 11 por ciento de la población y que casi duplica los índices nacionales en esa penosa condición.

La reciente visita a Ibagué de la ministra de Educación, María Fernanda Campo  Saavedra que, por cierto, estuvo aderezada con movilizaciones transportadas de los estudiantes de las instituciones educativas oficiales, señaló la preocupación del Ministerio y el trabajo que está realizando en todo el país en pro de la calidad educativa.

Todas las mediciones y evaluaciones internacionales de los últimos años han dejado mal parado al sistema educativo colombiano, en áreas básicas y esenciales como el manejo del lenguaje y las matemáticas elementales.

Por esta razón el Ministerio ha enfocado los esfuerzos en el cuerpo de educadores que recibirán capacitación en fórmulas y sistemas efectivos diseñados para conseguir un avance cualitativo en los educandos.

A más del trabajo de preparación con los profesores, la tarea incluye el reparto de textos a todos los estudiantes y de manuales muy completos para los profesores participantes. A todo lo anterior se suma la conformación de grupos seleccionados de tutores que se encargarán de transmitir las fórmulas y complementar los manuales para que los trabajos se desarrollen de manera eficiente y se cumpla a cabalidad con el objetivo.

Los abismales resultados de amplios sectores de estudiantes en las pruebas de evaluación se tornan inexplicables pues hasta bachilleres que llevan no menos de once años en el sistema escolar, resultan analfabetas funcionales que no son capaces de comprender textos simples o no pueden utilizar las más sencillas operaciones aritméticas.

A lo anterior se debe sumar, en el caso tolimense, un delicado aspecto reseñado recientemente en estas líneas: el enorme porcentaje de ciudadanos analfabetas que existen en el departamento, que alcanzan a más del 11 por ciento de la población y que casi duplica los índices nacionales en esa penosa condición.

Debería establecerse un propósito regional para acabar con ese flagelo en un plazo muy corto y las autoridades deberían promover campañas en ese sentido, con la certeza de que se recibiría un apoyo masivo de la población y muchos tendrían propuestas y sugerencias en ese sentido.

EL NUEVO DÍA

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