Una niña inerme contra la barbarie

Con urgencia la niña fue trasladada a un hospital militar en su país y puesta bajo custodia para evitar otro atentado. La brutal acción produjo una reacción mundial que no cesa y que aumenta en la medida en que se conoce el temple de la joven.

Resulta paradójico que los medios de comunicación dediquen sus espacios a los ajetreos nocturnos de Britney Spears, los cambios de pareja de Kim Kardashian o las borracheras de París Hilton (es lo que da sintonía o lectoría, dirán algunos) que a las gestas de verdaderas heroínas que exponen sus vidas en defensa de los derechos civiles de sus congéneres, sus conciudadanos y la humanidad entera.

Sin embargo, no todo cae bajo el peso de la banalidad pues la personalidad de una niña pakistaní de la etnia pastún, de nombre Malala Yousafzal ha acaparado la atención mundial, los más poderosos mandatarios se inclinan reverentes ante su valentía y diversas instituciones mundiales reconocen su enhiesta e indomeñable postura.

Hay que recordar que su lucha la inició cuando apenas tenía 13 años y creó un blog en Internet para defender el derecho de las niñas de su región de atender a clases y recibir una educación. 

Por supuesto, esta actividad hubo de realizarla bajo seudónimo pues los talibanes (esos fanáticos que pretenden que la vida de las mujeres se reduzca a la ignorancia, al sometimiento a los varones y a vivir embozaladas en una burka) habían amenazado con la muerte a las niñas del Valle del Swat que se atrevieran a acudir a las aulas.

Con el tiempo Malala continuó su tarea en forma abierta hasta que octubre de 2012 el bus en el que se movilizaba con sus compañeras de clase (todas ellas de la fe islámica) fue atacado con disparos de fusil por un grupo de talibanes. En total fueron heridas tres niñas, la más grave de ellas Malala que recibió un tiro en la cabeza que la desfiguró y alteró algunas de sus funciones.

Con urgencia la niña fue trasladada a un hospital militar en su país y puesta bajo custodia para evitar otro atentado. La brutal acción produjo una reacción mundial que no cesa y que aumenta en la medida en que se conoce el temple de la joven.

A comienzos del presente año Malala fue trasladada a Gran Bretaña en donde, luego de varias intervenciones quirúrgicas y terapias le fue reconstruido el rostro y restauradas gran parte de sus funciones. Simultáneamente ha podido asistir a clases y ha recuperado el tiempo perdido por cuenta de los atentados.

Al mismo tiempo se ha publicado una biografía con su corta y heroica vida. El rechazo mundial a los talibanes crece como la espuma y la joven activista recibe reconocimientos que van desde el Nacional de Paz de  su país (donde se ha convertido en un emblema nacional), hasta los prestigiosos Simone de Beauvoir y el Sajarov. También ha sido recibida por Obama, el Papa y la reina Isabel de Inglaterra.

Una niña de 16 años inerme que se enfrenta a la brutalidad de los fanáticos. ¡Cuántas enseñanzas de allí se derivan! 

EL NUEVO DÍA

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