Más tecnología para la educación

Se hace necesario dejar atrás el pasado y replantear la forma de educar para construir un futuro incluyente, colaborativo, creativo, solidario y en constante cambio.

Ha pasado casi un año y, por la pandemia, los niños del Tolima continúan en casa, alejados de amigos, juegos y actividades que estimulen su desarrollo físico y emocional. Esta situación está retrasando sus procesos de formación y desarrollo intelectual y social. El aprendizaje para un niño va más allá del ámbito académico y del desarrollo cognitivo. El pequeño necesita de experiencias que lo entusiasmen a aprender, descubrir y experimentar sus emociones, en un espacio seguro para intercambiar con adultos y con pares. 

Si los padres son conscientes de estos procesos y cuentan con equipos y una buena conexión a Internet, el problema del aislamiento forzoso es menos grave. Pero la mayoría de nuestros niños de Ibagué, de los municipios y veredas tolimenses han pasado un año sin estímulos suficientes. Son grandes las desigualdades que vivimos, la pobreza, la falta de conocimiento de la tarea de los padres, el aislamiento y la frustración. Muchos niños vivieron el 2020 bajo la supervisión de adultos, deprimidos y posiblemente en medio de actos de violencia y maltrato; para estudiar dependieron del celular de la madre, único disponible en casa, mientras ella no estuviera trabajando; de otro lado, las zonas wifi públicas en lugares alejados no son siempre apropiadas para el aprendizaje. Han sido circunstancias preocupantes y el 2021 ha comenzado con cansancio físico, mental y emocional para todos.

Anuncia la Administración Municipal que, en marzo, en unos pocos colegios, se dará inicio al modelo de alternancia, cuando estos suponen que tendrán listos los protocolos requeridos de bioseguridad, proceso que podría haberse previsto con anterioridad. Esto equivale a cerca del 10% de los niños matriculados en el sistema público en el 2021. Los demás seguirán en conexión remota para estudiar, que ya conocemos con sus ventajas y desventajas.

Como la virtualidad permanecerá como herramienta para la educación, es tarea del Gobierno y de los rectores avanzar en un cambio en el sistema educativo. El 2020 dejó evidencia de los problemas de conexión, la falta de equipos, la formación insuficiente de los docentes en la virtualidad, los entornos deficientes para enfocarse en el aprendizaje y los pocos recursos de la nueva enseñanza. El año fue agotador para maestros y estudiantes, y las condiciones no fueron las más favorables para la enseñanza y el aprendizaje de los niños. Se hace necesario dejar atrás el pasado y replantear la forma de educar para construir un futuro incluyente, colaborativo, creativo, solidario y en constante cambio.

El Nuevo Día

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