La edición 50 del Festival Folclórico debe ser inolvidable

El año pasado, el desfile nacional resultó un completo desastre, motivo por el cual causó enorme rechazo entre los ibaguereños, porque primaron el desorden, el descontrol, la basura, el exceso de licor, las riñas y los alicorados.

Este año se celebra la versión número 50 del Festival Folclórico Colombiano y por ser este un acontecimiento especial se espera una organización impecable e inolvidable.

La alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda, ha mostrado un gran interés por los pormenores de la celebración. Comenzó por consultarles a los ibaguereños sobre la fecha y el recorrido del desfile. Más de cinco mil ciudadanos dejaron conocer su opinión, y el resultado fue que prefieren que el desfile de San Juan se realice el domingo 23 de junio, por la carrera Quinta.

Pero estos no son los únicos asuntos que hay que atender. El año pasado, el desfile nacional resultó un completo desastre, motivo por el cual causó enorme rechazo entre los ibaguereños, porque primaron el desorden, el descontrol, la basura, el exceso de licor, las riñas y los alicorados. Además, las autoridades y la logística se vieron superados por los causantes de la anarquía, y el desfile fue obstaculizado en varios puntos del trayecto.

Después de la culminación de las fiestas, muchas voces de expertos en temas culturales expresaron su descontento con la desdichada organización, pidieron evaluar lo sucedido y corregir las fallas. Además, recomendaron comenzar por una planeación cuidadosa y temprana.

Así que este año se espera que haya una mayor rigurosidad en la escogencia de los grupos folclóricos, que el licor no sea el protagonista y que se encuentren otros patrocinadores para no depender exclusivamente del aguardiente. Así mismo, que los horarios de la programación se cumplan, que se organice una adecuada logística en el recorrido que impida la interrupción de los desfiles y, por encima de todo, que se desarrolle una intensa campaña de cultura ciudadana, para que los integrantes de las comparsas y las carrozas puedan hacer el recorrido sin que se les atraviesen personas ebrias y que no los insulten ni los agredan; para que la Quinta no quede como un muladar y un baño al aire libre y para que predominen la alegría y la camaradería sobre la embriaguez y las peleas.

La alcaldesa ha demostrado que le apostará a un desarrollo exitoso de las fiestas. Esperamos que las lecciones del pasado hayan sido aprendidas y que no se repitan los garrafales errores que llevaron a la catástrofe del año anterior. Estaremos atentos a los pormenores de la organización del Festival.

EL NUEVO DÍA

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