¿Cuándo llegarán las sanciones por afectaciones a bosques de palma de cera?

Suministrada / EL NUEVO DÍA
Crédito: Suministrada / EL NUEVO DÍALa palma de cera es hábitat del loro orejiamarillo, especie en peligro de extinción.
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Es la pregunta que aflora entre ambientalistas y habitantes tras conocer que las denuncias realizadas hace por lo menos un año derivaron en expedientes que ahora llegarán a manos de un ente de orden nacional.
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Los expedientes de procesos sancionatorios vinculados con afectaciones a los bosques de palma de cera en Ibagué y Cajamarca, fueron escalados recientemente, según anunció la Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima, ante el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. 

De acuerdo con la autoridad ambiental, el ‘traslado’ obedece a que se trata de un área de Reserva Forestal del Orden Nacional, por tal motivo, y conforme las competencias, tal ente es quien debe tomar las decisiones a que haya lugar.

En ese orden de ideas, se explicó, a través de un comunicado, que, en cumplimiento del artículo 9 de la ley 2 de 1959, el cual hace referencia a la “adecuada utilización de los terrenos de propiedad dentro de los límites de las zonas de reserva forestal o de bosques nacionales”, con la intención de conservar sus suelos y corrientes de agua, se remitió, además, el material probatorio recolectado.

Según Cortolima, los recursos que integran dicho expediente son fruto del informe técnico elaborado tras la visita que adelantó una comisión a los predios Agua Bonita, situada en la vereda Alto de Toche en Ibagué; Costa Rica y El Placer, en la vereda Potosí, corregimiento Anaime, en Cajamarca. 

Asimismo, en la vereda La Despunta, particularmente en los terrenos denominados La Luisa y La Martina, que hacen parte de la Despensa Agrícola de Colombia, la consulta tuvo lugar a raíz de la alarma emitida por habitantes y ambientalistas que, por medio de denuncias, advirtieron sobre las afectaciones ambientales que se estarían presentado por cuenta de la expansión del monocultivo de aguacate Hass en una zona que, en concepto de la corporación, es de Reserva Forestal Central.

“Adicionalmente, le corresponde al Gobierno nacional reglamentar la utilización de los terrenos de propiedad privada que se encuentran localizados dentro de los límites de las Zonas de Reserva Forestal, con el fin de conservar sus suelos, corrientes de agua y asegurar su adecuada utilización”, indicó Cortolima.

Las reacciones

Ante el anuncio, esta redacción dialogó con Robinson Mejía, integrante del Comité Ambiental de Cajamarca y Anaime, desde donde hace por lo menos dos años se le viene haciendo seguimiento al debate que suscita, en torno a las consecuencias negativas para el ecosistema del árbol insignia del país, la producción del aguacate Hass.

Para Mejía, el hecho provocó dos sensaciones. La primera es que, en su concepto, pese a las múltiples denuncias efectuadas por la ciudadanía, a la fecha Cortolima no ha tomado decisiones de fondo respecto a las sanciones.

Además,“que ellos digan que lo remiten al Ministerio de Ambiente por competencia, pues claramente demuestra más la ineptitud de la Corporación, porque si no tienen la capacidad para hacer esos análisis, por qué no los remitieron cuando los recibieron, por qué tuvieron que esperar más de un año para eso”, cuestionó el miembro del Comité.

Igualmente, manifestó que, así como las zonas rurales mencionadas anteriormente, las veredas La Leona y El Cajón, donde hay presencia de palma de cera, estas también registrarían una especie de ‘ahogamiento’ por cuenta del cultivo extensivo de la fruta.

Asunto que, reiteró, no solo se ha venido advirtiendo desde principios de 2020, tras el inicio de actividades de empresas extranjeras en el territorio, sino que también siembra preocupación debido a los perjuicios ambientales que acarrea, como es el caso del alto consumo de agua.

“Según cálculos que han hecho docentes de la Universidad del Tolima, se ha identificado que, en dado caso que en Cajamarca se cultivarán casi 3 mil hectáreas, se estaría consumiendo el 80 % de la escorrentía del agua de la parte alta de la cuenca del río Coello, cuestión que afectaría el equilibrio hidrológico de la cuenca”, subrayó Mejía.    

En ese orden de ideas, resaltó una de las propuestas que hace parte de la actualización del Esquema de Ordenamiento Territorial, EOT, de Cajamarca.

Se trata de la implementación de una franja de conservación para ‘el árbol nacional’, la cual se extendería “hacia el sur del municipio pasando por el Alto de La Línea, llegando hasta las veredas Cucuana y Potosí, donde tenemos otra gran cantidad de bosques de palma de cera originales de ese sector”, precisó el mandatario Julio Roberto Vargas Malagón a finales de septiembre de este año.   

Suministrada / El Nuevo Día
Este es el panorama en algunos sectores de la Despensa Agrícola de Colombia.

 

Una ‘brújula’

Cabe mencionar que, al respecto del EOT, la directora de Cortolima, Olga Lucía Alfonso Lannini, expresó, en el marco de la firma de la Alianza Regional por la palma de cera, que tuvo lugar el pasado 21 de noviembre, que la actualización de dicho esquema es vital para “que el uso del suelo establezca las prioridades y determinantes ambientales”. Esto para contar con recursos que permitan a la Corporación tener instrumentos jurídicos a la hora de controlar dichos procesos de producción.

En su momento, Alfonso Lannini, aseguró que en medio del ejercicio de control y vigilancia que adelantan, según sus cuentas, 10 procesos sancionatorios, vinculados con el aguacate Hass, estaban en ejecución. A se vez, sostuvo que algunos se encontraban en instancias finales, mientras que otros se habían trasladado a entidades como la Fiscalía General de la Nación.

El Departamento cuenta con más de un millón de palmas de cera, según estudios realizados por la Universidad del Tolima en los últimos cuatro años.

 

“El cultivo de aguacate Hass sigue aumentando a pesar de las denuncias que hay” - ROBINSON MEJÍA. Integrante del Comité Ambiental de Cajamarca y Anaime.  

 

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Credito
REDACCIÓN TOLIMA

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