Le metieron 250 mil pesos en billetes falsos a un adulto mayor que retiró su pensión el pasado jueves en el Banco Popular de la calle 14 entre carreras Tercera y Cuarta.

Aunque Juan Antonio Ramos Zamora, víctima, asegura que el dinero lo recibió directamente de una cajera de la entidad bancaria, la Fiscalía General de la Nación se encuentra investigando lo ocurrido.

El hecho se dio luego de que Ramos Zamora retirara del Banco Popular la suma de 498 mil 660 pesos, correspondiente a la pensión que recibe cada mes.

Relata que una vez reclamado el dinero se dirigió a su casa y sólo hasta el día siguiente cuando fue a pagar un recibo en Enertolima por un valor de 150 mil pesos, le dijeron que los billetes estaban falsos (ver recuadro).

El hombre puso la denuncia ante la Defensoría del Pueblo y la Fiscalía General de la Nación, según recomendó el mismo Banco, esto con el fin de esclarecer lo sucedido.

Sin embargo, la preocupación de la víctima radica en que es una persona de bajos recursos y el dinero que recibe no es mucho, y del cual la mitad resultó falso.

Peor aún, no sabe cuánto tiempo  tendrá que esperar para que se solucione el problema y tampoco si recuperará el dinero tras la falsificación.

Ante esto, Ramos quiso dar a conocer su situación de manera pública, a fin de evitar que otro adulto mayor sea víctima de esta estafa, y que se investigue una actividad que se esté manejando a través de cualquier entidad bancaria.

Los cajeros
Aunque funcionarios del Banco Popular aseguraron que es muy difícil que se presenten estos problemas cuando alguien retira dinero de las cajas (al interior), manifestaron que sí se ha dado el caso en los cajeros automáticos, pero son dineros que ellos no manejan.

“Hay que reiterar la importancia de que nos fijemos bien en el dinero que recibimos y si no sabemos identificar los billetes, es bueno preguntar a funcionarios del banco.

“A cualquiera le puede pasar y más a las personas humildes como yo que no sabemos distinguirlos”, concluye Ramos Zamora.

Errores
Efectivamente a cualquiera le puede ocurrir, tal como le pasó al escritor de ‘Cóndores no entierran todos los días’, Gustavo Álvarez Gardeazábal, cuando introdujo su tarjeta en un cajero electrónico en Tulúa (Valle) y el aparato le entregó billetes de mentiras.

En vez de entregarle la suma de 400 mil pesos en efectivo que el escritor le había solicitado, el aparato le devolvió ocho billetes de papel sin ningún valor comercial.

“Sin duda que esto es una estafa, cómo es posible que uno venga a hacer un retiro y le entreguen billetes del juego del monopolio”, manifestó indignado el escritor, a los medios de comunicación del Valle.

Sin embargo, Edwin García, funcionario de la empresa Brinks de Colombia, responsable de “cargar” los cajeros, dijo que efectivamente se cometió un error, pero no de mala fe.

“Esos son billetes para realizar pruebas técnicas en los cajeros electrónicos”, indicó el funcionario.

No obstante, y ante el problema suscitado con el escritor este dijo que “eso lo hicieron porque se dieron cuenta que soy un personaje público, pero a un pobre ciudadano no le resuelven el problema tan rápido”.

Hechos
Ramos Zamora relata que él es pensionado del Seguro Social y el 3 de mayo hizo la fila como de costumbre en el Banco Popular para reclamar la pensión de 498 mil 660 pesos, con lo cual cubre los gastos básicos en su hogar.

Describe que cuando se acercó a hacer efectivo el cobro, la cajera número tres contó el dinero en su  presencia y se lo entregó. Sin desconfiar de nadie y tras nunca haber sufrido un robo de esta forma, los dispuso en el bolsillo de la camisa. Se retiró del banco y se dirigió a su casa.

Estando en su hogar, sacó 100 mil pesos y compró algunas cosas, quedando el resto del dinero completo, pero al día siguiente, viernes, cuando iba a pagar el recibo de la luz y una cuota, en Enertolima, por un valor de 150 mil pesos, le dijeron que los billetes estaban falsos.

Inmediatamente, se dirigió a la Defensoría del Pueblo, le tomaron los datos y le indicaron que pusiera la querella de manera oficial ante la Fiscalía General de la Nación.

No obstante, se fue para el Banco Popular, pero estaba cerrado y sólo hasta el miércoles pudo hablar con una funcionaria de la entidad, quien y según Zamora, le indicó que “pusiera la denuncia ante la Fiscalía, pero que el banco es muy cuidadoso en el manejo y vigilancia de los dineros que entran y salen”, causando esta respuesta molestia en el afectado.

“Me echaron la culpa a mí, yo no tengo nada, soy pobre y no tengo porque decir mentiras ni denunciar falsamente. El banco me dijo que pusiera la denuncia que allá habían cámaras y se podía confirmar que todo se hizo correctamente”, expresó Ramos Zamora.